Experto en diferendo señala que estrategia debe ser diplomática, jurídica y política
Trujillo señala que Venezuela tiene buenas probabilidades de litigar por la zona en reclamación VENANCIO ALCÁZARES
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PEDRO GARCÍA OTERO | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
domingo 19 de julio de 2015 12:00 AM
Como en los últimos 170 años, el detonante del conflicto entre Venezuela y Gran Bretaña (y posteriormente la República Cooperativa de Guyana) por la Guayana Esequiba, es lo que está en el subsuelo; la estrategia de nuestro país para recuperar este territorio y sus riquezas tiene que valerse, en simultáneo, de estrategias jurídicas, políticas y diplomáticas.
Descartada la hipótesis bélica, Venezuela debe prepararse para litigar por el Esequibo, señala Eduardo Trujillo Ariza, abogado especialista en Derecho Internacional y estudioso de este tema; afirma que el país puede acudir, en acuerdo con Guyana y en el marco del Acuerdo de Ginebra de 1966, a la Corte Internacional de Justicia, como lo propone el vecino país. Pero no para decidir, como quiere Guyana, sobre el territorio en sí, sino sobre la interpretación de este acuerdo.
Mientras la posición histórica venezolana ha sido que la controversia que culmina en el Acuerdo de Ginebra es sobre la soberanía de la Zona en Reclamación, Guyana sostiene que es sobre el Laudo de París, de 1899, que fijó los límites entre ambos territorios y que Venezuela ha denunciando como irrito durante más de un siglo.
Un matiz importante, que bien llevado, según Trujillo, este litigio permitiría al país "destrabar" el juego en el Esequibo; y tiene la ventaja de que la decisión resultante, si es contraria a Venezuela, no será directamente sobre la soberanía del territorio; "una decisión favorable dejaría muerta la afirmación guyanesa de que la contención es sobre el Laudo y no sobre el territorio y abre el terreno para que la delimitación amistosa", señala Trujillo.
Opina que, salvo que Venezuela busque congelar el diferendo, la figura del buen oficiante, que durante los últimos 32 años se ha ejecutado sin resultados, no es la más conveniente para el país. Mientras tanto, la explotación petrolera en el Esequibo avanza y los recursos se los queda Guyana.
Paralelamente a proponer a Guyana acudir a la CIJ (solo para discutir sobre el Acuerdo de Ginebra), Venezuela debe tomar la ofensiva política: cedular, dar pasaportes y programas sociales a los nacidos en el territorio Esequibo, que según la Constitución son venezolanos por nacimiento; y crear una comisión de expertos que durante los próximos dos años, al menos, prepare el caso, "consultando a juristas nacionales e internacionales para darle solidez", afirma Trujillo.
Paralelamente, Venezuela debe hacer un lobby internacional que tenga como principales aliados a sus vecinos, y muy particularmente a Brasil. En el Tratado de Delimitación con este país, se incluyen territorios de la zona en reclamación. "Es impensable que una cancillería tan experta como la de Brasil no nos apoye", señala Trujillo, quien afirma que la búsqueda de apoyo en Mercosur es una decisión acertada del Gobierno de Nicolás Maduro.
"Venezuela tiene como salir adelante jurídicamente en el caso con Guyana, pero debe combinar acciones políticas y diplomáticas para lograrlo", indica, señalando que la tradición histórica de la soberanía sobre el Esequibo se remonta tan allá como a 1499, y la posición diplomática de nuestro país al menos desde 1903 ha sido, sin fisuras, la de recuperar el territorio; las declaraciones de 2004 del fallecido presidente Hugo Chávez, "no constituyen prueba de que la posición venezolana sobre el Esequibo haya cambiado, y estamos hablando de un conflicto de 170 años, no de diez" y por lo tanto no permiten a Guyana invocar el principio de Stoppel, según el cual, la inacción de un Estado en materia internacional genera derechos en el otro.
Otra opción para el Estado venezolano podría ser la de acordar con Guyana acudir a un tribunal internacional que decida Ex Aequo et Bono, "de acuerdo con lo correcto y lo bueno", es decir, con equidad. Sin embargo, esta solución no le parece tan atractiva a Trujillo, quien señala que perder o negociar la soberanía sobre el Esequibo no es una opción: "Ningún presidente quiere quedar como el que entregó territorio. Por eso la tendencia natural ha sido darle largas al asunto; pero nadie sabe cómo van a ser los Estados nación en 50 años ni si los recursos que hoy hay allí seguirán siendo explotables dentro de medio siglo", señala.
Descartada la hipótesis bélica, Venezuela debe prepararse para litigar por el Esequibo, señala Eduardo Trujillo Ariza, abogado especialista en Derecho Internacional y estudioso de este tema; afirma que el país puede acudir, en acuerdo con Guyana y en el marco del Acuerdo de Ginebra de 1966, a la Corte Internacional de Justicia, como lo propone el vecino país. Pero no para decidir, como quiere Guyana, sobre el territorio en sí, sino sobre la interpretación de este acuerdo.
Mientras la posición histórica venezolana ha sido que la controversia que culmina en el Acuerdo de Ginebra es sobre la soberanía de la Zona en Reclamación, Guyana sostiene que es sobre el Laudo de París, de 1899, que fijó los límites entre ambos territorios y que Venezuela ha denunciando como irrito durante más de un siglo.
Un matiz importante, que bien llevado, según Trujillo, este litigio permitiría al país "destrabar" el juego en el Esequibo; y tiene la ventaja de que la decisión resultante, si es contraria a Venezuela, no será directamente sobre la soberanía del territorio; "una decisión favorable dejaría muerta la afirmación guyanesa de que la contención es sobre el Laudo y no sobre el territorio y abre el terreno para que la delimitación amistosa", señala Trujillo.
Opina que, salvo que Venezuela busque congelar el diferendo, la figura del buen oficiante, que durante los últimos 32 años se ha ejecutado sin resultados, no es la más conveniente para el país. Mientras tanto, la explotación petrolera en el Esequibo avanza y los recursos se los queda Guyana.
Paralelamente a proponer a Guyana acudir a la CIJ (solo para discutir sobre el Acuerdo de Ginebra), Venezuela debe tomar la ofensiva política: cedular, dar pasaportes y programas sociales a los nacidos en el territorio Esequibo, que según la Constitución son venezolanos por nacimiento; y crear una comisión de expertos que durante los próximos dos años, al menos, prepare el caso, "consultando a juristas nacionales e internacionales para darle solidez", afirma Trujillo.
Paralelamente, Venezuela debe hacer un lobby internacional que tenga como principales aliados a sus vecinos, y muy particularmente a Brasil. En el Tratado de Delimitación con este país, se incluyen territorios de la zona en reclamación. "Es impensable que una cancillería tan experta como la de Brasil no nos apoye", señala Trujillo, quien afirma que la búsqueda de apoyo en Mercosur es una decisión acertada del Gobierno de Nicolás Maduro.
"Venezuela tiene como salir adelante jurídicamente en el caso con Guyana, pero debe combinar acciones políticas y diplomáticas para lograrlo", indica, señalando que la tradición histórica de la soberanía sobre el Esequibo se remonta tan allá como a 1499, y la posición diplomática de nuestro país al menos desde 1903 ha sido, sin fisuras, la de recuperar el territorio; las declaraciones de 2004 del fallecido presidente Hugo Chávez, "no constituyen prueba de que la posición venezolana sobre el Esequibo haya cambiado, y estamos hablando de un conflicto de 170 años, no de diez" y por lo tanto no permiten a Guyana invocar el principio de Stoppel, según el cual, la inacción de un Estado en materia internacional genera derechos en el otro.
Otra opción para el Estado venezolano podría ser la de acordar con Guyana acudir a un tribunal internacional que decida Ex Aequo et Bono, "de acuerdo con lo correcto y lo bueno", es decir, con equidad. Sin embargo, esta solución no le parece tan atractiva a Trujillo, quien señala que perder o negociar la soberanía sobre el Esequibo no es una opción: "Ningún presidente quiere quedar como el que entregó territorio. Por eso la tendencia natural ha sido darle largas al asunto; pero nadie sabe cómo van a ser los Estados nación en 50 años ni si los recursos que hoy hay allí seguirán siendo explotables dentro de medio siglo", señala.
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