jueves, 6 de abril de 2017

6 alegatos infundados del vicepresidente guyanés sobre la reclamación venezolana

viernes, 31 de marzo de 2017


6 alegatos infundados del vicepresidente guyanés sobre la reclamación venezolana

Por Reyes Theis
@reyestheis
MARZO 23RD, 2017
El vicepresidente de Guyana Carl B. Greenidge recientemente emitió unas declaraciones para BBCMundo en la que tachó de “absurdo” el reclamo venezolano sobre el territorio Esequibo. Ante la ausencia de declaración por parte de la Cancillería venezolana, a continuación hacemos una disección de las declaraciones y analizamos sus alegatos.
Para este análisis se emplearon dos textos fundamentales sobre el tema, uno del general Oscar José Márquez_ “La venezolanidad del Esequibo”  y una conferencia dictada por el fallecido ex canciller  Isidro Morales Paul, el 28 de septiembre de 1999.
Carl B. Greenidge: “La disputa empezó en la década de 1890, tal vez un poquito antes, cuando Estados Unidos ayudó a que Venezuela pudiera llevar a Reino Unido a una mesa de arbitraje”.
Falso: Tiene más tiempo. El general Oscar José Márquez, explica que el propio Libertador Simón Bolívar, en vista de las pretensiones inglesas al oeste del río Esequibo y a través de su ministro Gual, giró instrucciones a José Rafael Revenga, para que presentara protesta formal  en Londres ante la Corona Inglesa, por las repetidas incursiones y usurpaciones de los colonos británicos. “Los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpadas una gran porción de tierra que según los últimos tratados entre España y Holanda, nos pertenecen del lado del río Esequibo”, señala la protesta.
CB: “Después de que las Provincias Unidas (de los Países Bajos) se separaron de España en 1648 -después del tratado de Münster- España nunca tuvo soberanía sobre el área, pues esa se les concedió a los holandeses tal y como estipulaba el Tratado. Y cuando Holanda perdió las guerras napoleónicas, al pelear del lado de los franceses, el territorio le fue transferido a Gran Bretaña en 1814. Y luego nosotros obtuvimos la independencia, en 1966”.
Falso: Para 1648, año en que se celebró el Tratado de Münster que independizó a Holanda de España, el primero de estos no poseía territorio al oeste del río Esequibo. El general Márquez apunta que el Tratado establecía taxativamente que nadie podía ocupar territorio alguno ya ocupado y para 1717 se creó el Virreinato de Santa Fe, que establecía el río Esequibo como lindero. En 1777 Carlos III crea la Capitanía General de Venezuela, que delimitaría la futura nación venezolana y en 1791 se firmó el Tratado de Extradición entre Gran Bretaña y Holanda, donde España solo reconoce como holandesas las colonias al este del río Esequibo (Demerara, Berbice y Surinam). Todo ello echa por tierra la aseveración del funcionario guyanés, de que el territorio del lado oeste del río nunca perteneció a España.
CB: “Ellos (Venezuela) recibieron la boca del río Orinoco”.
Falso: En 1834 el explorador prusiano Robert Schombrugk fue comisionado por la Sociedad geográfica de Londres para explorar y delimitar las antiguas posesiones holandesas. Su primera línea coincide con el río Esequibo y solo daba a la Guyana Británica 4.920 KM. Pero las apetencias guyanesas hicieron que la línea se corriera y entonces en 1840 publica otro mapa en el que señalan la aspiración inglesa por 141.930 KM, lo que fue protestado por Venezuela. Los ingleses ciertamente intentaron hacerse por la fuerza de las bocas del Orinoco. En 1844 el magistrado inglés Michael McTuk depuso por poco tiempo a las autoridades venezolanas. Luego, en 1892, el general Domingo Sifontes, comisionado de fronteras, arreó la bandera inglesa y detuvo a oficiales del Reino en el río Yuruan, conteniendo al invasor. En 1897 apareció la tercera línea de  Schombrugk, que llevaba el nombre del explorador, pero ya este había fallecido, e incluía a Tumeremo, Guasipati, El Dorado y llegaba cerca de Upata (poblaciones del hoy estado Bolívar). Pero la prueba más contundente de la falsedad de alegato del vicepresidente Greenidge  es la carta que el Gobernador del Demerara escribió al Ministerio de Colonias británico en 1844, cuya publicación eximió el Tribunal del Laudo de París, en la que –según Morales Paul-  señalaba: “Nuestra reclamación no se extiende hasta el Amacuro. Si Schombrugk supone que la frontera debe pasar por este río es para lograr una ventaja… En cuanto a Barima, indica que  fue “cedido por Holanda a España o usurpado por aquella a los españoles… “por consiguiente el Barima debe considerarse perteneciente por derecho a Venezuela”. De tal forma que es incorrecto decir que Venezuela recibió las bocas del Orinoco por el Laudo Arbitral de 1899, aunque sí era una de las apetencias inglesas, por lo estratégico del río que se interna en el sur y sale al Mar Caribe por el Delta.
CB: “Una solución definitiva requiere que las dos partes acepten e implementen lo que han acordado…”
Cierto: Por eso el Acuerdo de Ginebra de 1966 señala que la solución debe ser práctica y satisfactoria para ambas partes. Pero eso no es lo que pretende hoy en día Guyana, que impulsa un arreglo jurídico y no práctico.
CB: “Cuando Guyana se acercaba a su independencia en 1966 los venezolanos les dijeron a los británicos que a menos de que el tema del territorio fuera resuelto, Venezuela no iba a permitir que Guyana obtuviera su independencia. Entonces los británicos recurrieron una vez más a una negociación y fue ahí se negoció el Acuerdo de Ginebra”.
Falso: Venezuela no se opuso a la independencia de Guyana, lo que sí hizo fue aprovechar cuando se planteó el caso a la Comisión de Asuntos Coloniales de la ONU. Era diciembre de 1961 y el joven de 27 años Adolfo Taylhardat era el representante de Venezuela. “En mi caso se me planteaba un grave dilema: el tema había llegado sorpresivamente a la Comisión; de acuerdo con la posición tradicionalmente anticolonial mantenida por Venezuela yo no podía poner objeciones al derecho de Guayana de acceder a la independencia;  el caso afectaba  directamente los intereses de nuestro país y yo no contaba con instrucciones para pronunciarme al respecto”, comenta el embajador hoy retirado. En esta ocasión la fortuna jugó a favor de Venezuela. Como la Asamblea General no había podido completar la consideración de los temas en agenda, se suspendieron los trabajos de la Comisión por navidad y año nuevo y se reiniciarían el 15 de enero del próximo año. Taylhardat aprovechó la prórroga concedida. “Con base en la información que le presenté al embajador Carlos Sosa Rodríguez, representante permanente ante las Naciones Unidas y jefe de la delegación a la Asamblea, éste  informó a su vez a la Cancillería y señaló que cuando se reanudara la Asamblea en enero del año siguiente, sería muy probablemente la última oportunidad que tendría Venezuela  para  hacer una declaración de reserva de sus derechos (sobre el Esequibo) y emprender una eventual reclamación sobre el territorio del cual había sido despojado y solicitaba instrucciones urgentes”. La propuesta fue acogida y desde ese momento se inició un intenso trabajo diplomático que significó una exhaustiva investigación histórica por parte de expertos venezolanos en Europa y labores de lobby con el Reino Unido y otras naciones. Todas estas acciones concluirían el 17 febrero de 1966 con la firma del Acuerdo de Ginebra.
CB: “En cuanto a las alegaciones de que el Tratado estuvo sesgado (el Laudo Arbitral de París) y que los venezolanos no estaban representados en el panel de arbitraje, déjeme decirle esto: los venezolanos eligieron a sus representantes en el panel”.
Falso. Inglaterra se negó a que Venezuela designara un juez venezolano en el Tribunal que decidió el Laudo Arbitral de París de 1899, considerado nulo e írrito por Caracas y que dictaminó los límites que hoy se conocen. De un Tribunal de cinco integrantes, uno solo fue escogido por el Presidente de Venezuela y tenía que ser estadounidense. El Tribunal fue integrado además por un representante de la Corte Suprema de los EEUU, dos británicos y el presidente que era ruso. La aceptación de la nacionalidad de los miembros del Tribunal fue hecha con coacción, dejando a Venezuela en minusvalía para defender por si misma sus derechos.


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