Esequibo: El despojo aplaudido (por unos)
“Nosotros cultivamos el amor por el pueblo guyanés”. Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela
El pasado 3 de octubre, se cumplió un año más del Laudo Arbitral de París de 1899, el mismo que le arrancó a Venezuela el territorio Esequibo y que despojó al país de casi 160 mil kilómetros cuadrados de suelo patrio, que pasó a engrosar los vastos territorios coloniales administrados por la ya anciana Reina Victoria de Inglaterra.
Este hecho, poco tratado por nuestros historiadores y en la mesa de los hogares venezolanos, es un tema que no sale de mi mente. Es pensar en cómo por los apetitos territoriales y económicos ese terrenote dejó de ser nuestro, de cómo se nos arrebató, de cómo todos sus recursos y su gente pasaron a estar dominados por un ajeno, desvenezolanizados sin derecho a pataleo.
Desde mi infancia he sentido curiosidad por el Esequibo, de cómo es, qué hay allí, pero también he sentido la más profunda de las arrecheras (encabronamientos) al saber que día a día ese territorio, administrado ilegalmente por la República Cooperativa de Guyana, cada vez es menos propio, menos autóctono, y más sumido en las actividades y usos que le dan los inquilinos de al lado. Saber todo eso, y no poder hacer absolutamente nada.
Es como cuando usaste o cuidaste un carro por tanto tiempo, te lo roban, y día a día vives sin saber cómo está, si lo rayaron, lo chocaron, si lo usaron para algo malo o si ya lo convirtieron en picadillo. Algo así es lo que uno piensa cuando se menciona el Esequibo.
Dependiendo del estado de ánimo, cuando escucho o veo noticias donde se habla del Esequibo como parte de Guyana se me hincha la yugular por la impotencia de no tener un pódium en la ONU o una jefatura del estado venezolano para gritar a toda voz que el Esequibo es venezolano y que su dominio guyanés carece de cualquier fundamento legal serio, construido sobre las absurdas pretensiones de la línea Schomburgk y ejercidas a fuerza por la corona británica, y luego por los guyaneses.
También me genera profunda rabia cuando escucho a quienes han “gobernado” a Venezuela estar jalando mecate a Guyana o decir que no hay problema si Guyana permite exploraciones petroleras o que va a construir carreteras en esa zona. Recuerdo perfectamente al fallecido Hugo Chávez diciendo con calma pasmosa que cuál era el problema con que Guyana hiciera actividades en la zona, todo por esos votos inocuos del Caricom.
El presidente actual, Nicolás Maduro, asume la misma vehemencia en defender a los “hermanos guyaneses”. Sí, a esos mismos que en una ocasión mancillaron los símbolos patrios en Georgetown, la capital vecina. Más abajo hablo del tema.
¿Cómo puede estar alguien del lado del que te robó algo? ¿Cómo se puede ser tan “bola fría” con algo así? ¿¡Cuál es el miedo a reclamar coño!? ¡Son 159 mil 500 kilómetros cuadrados! Las islas Malvinas tienen 12,173 km2, ni siquiera el 10% del tamaño del Esequibo, y el reclamo argentino sobre ellas ha sido feroz. A Cristina Fernández de Krichner se le criticará lo que sea, pero no ha habido un día en que no diga enérgicamente que las Malvinas son argentinas y que deben volver a su soberanía. ¿Y Venezuela? Bien gracias.
Lo cierto es que tanto el gobierno venezolano como nosotros sus ciudadanos estamos divorciados del tema. No nos mueve. No nos interesa. Es como un tema tabú casi místico sobre un territorio del que son pocos los datos que manejamos.
No sabemos nada
Este desconocimiento sobre el Esequibo, sus recursos, pérdida y situación actual no es nuevo. Es algo que se remonta a comienzos del siglo XX. Todos los gobiernos, los de la tercera república, la cuarta, la quinta y afines fallaron o no se preocuparon por nutrirnos bien sobre el tema, haciendo que sea un tópico que pocos dominan.
Es muy probable que allí radique el problema. Quizás si tuviéramos más datos y más firmeza con el reclamo sobre el Esequibo a lo mejor la respuesta nacional o nuestra reacción como ciudadanos sería más palpable. Pero por los vientos que soplan, me seguiré moviendo en supuestos.
Las escuelas, que se supone que deberían ser de las primeras en inculcarnos ese amor patrio y los elementos que despierten nuestra conciencia, hablan poco del asunto. Recuerdo que en mis días de colegio las maestras tocaban poquito al Esequibo, una o dos clases cuando mucho, y cero debate, cero análisis. Sólo ver mapitas y texto que en algunos casos parecía sacado de “El Rincón del Vago”.
Año tras año se nos dijo que el Esequibo era una “Zona en Reclamación”, y que Venezuela pedía a Guyana que lo devolviera, con una breve explicación de los hechos, y mostrando solamente al Esequibo con sus franjas blancas y negras, igualito a un estacionamiento gigante. ¿Pero hablar sobre lo que tiene, lo que vale, lo que representa? Nada de nada. Se acabó la clase, nos vemos mañana.
Esa información descafeinada sólo estaba diseñada para memorizar fechas y nombres, y no para hacernos comprender cómo nos afecta esto como venezolanos y cómo queda nuestra política exterior con respuestas y reacciones tan simples, desde la independencia hasta la fecha.
Sólo en secundaria y en la universidad, con mi querida amiga y profesora Juanita Buchholz y mi siempre presente padre, pude entender mejor el capítulo Esequibo y maximizar el espíritu nacionalista que ese tema me genera.
Y resulta que es todo lo contrario. El Esequibo es un capítulo supremamente interesante por todo lo que conlleva. Tiene héroes, villanos, hechos afortunados y otros muy tristes, pero que sin duda invitan a saber más del tema.
Cápsulas de Esequibo
A diferencia de años anteriores, donde no existían internet ni las redes sociales, hoy es mucho más sencillo obtener datos e información más precisa sobre los hechos en torno al Esequibo. Les comparto algunos links sobre la materia:
- Guayana Esequiba: http://es.wikipedia.org/wiki/Guayana_Esequiba
- Línea Shomburgk: esta fue la línea pretendida por la corona británica para sus dominios en la zona. La misma fue rechazada en infinidad de ocasiones por Venezuela. http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%ADnea_Schomburgk
- Laudo Arbitral de París de 1899: el que le quitó a Venezuela el Esequibo y que estuvo viciado de nulidad. El mismo fue denunciado por Venezuela y provocó que la ONU llamara a las partes a negociar. http://es.wikipedia.org/wiki/Laudo_Arbitral_de_Par%C3%ADs
- Rebelión de Rupununí: ocurrida en Lethem en 1969, cuando rancheros e indígenas amerindios guyaneses se alzaron contra el gobierno guyanés y pidieron ayuda a Venezuela. http://es.wikipedia.org/wiki/Rebeli%C3%B3n_de_Rupununi
- El territorio Esequibo forma parte de Venezuela desde la era colonial española. De hecho en el mapa de la Capitanía General de Venezuela de 1777 aparece plenamente.
- Para 1888, y tras saberse que había oro en el Esequibo, Inglaterra pretendió adueñarse de mucho más suelo patrio. De haberlo logrado, con o sin el pacto, la frontera actual estaría muy cerca de Upata, en el Estado Bolívar. Bajo esa premisa, quien fuera hoy a comprar queso telita o catalinas a esa población, a lo mejor tendría que saludar o ver de cerca a un oficial fronterizo guyanés.
- Estados Unidos invocó la Doctrina Monroe (“América para los Americanos”), y en algún punto apoyó a Venezuela. Pero este apoyo no fue mucho más sustancial debido a que siempre ha protegido las buenas relaciones con el Reino Unido, desde el fin de la Guerra de 1812.
- El Laudo de París estuvo plagado de vicios. De hecho, el que se suponía neutral, Fiodor (o Frederik de Martens), un ruso nacido en Estonia y educado en Cambridge, estuvo muy inclinado hacia el bando británico, y hasta presentó una propuesta mucho más agresiva y lesiva hacia Venezuela, que en ese Laudo estuvo representada por dos jueces estadounidenses.
- El Laudo fue tan injusto, que los dos británicos en el laudo y el ruso supuestamente neutral, le dijeron a Venezuela (Estados Unidos) que tenía dos opciones: aceptar de forma unánime la entrega del Esequibo conservando las bocas del Río Orinoco (actual Estado Delta Amacuro), o aceptar 3 contra 2 una decisión más dañina que sí incluía más territorio y dichas bocas del río. Obviamente no quedó más que ir por la primera.
- La negociación actual por el Esequibo fue posible gracias a la difusión del testamento del abogado estadounidense Severo Mallet-Prevòst (asistente de uno de los jueces representantes de Venezuela), donde reflejó los vicios del Laudo y de cómo la decisión no había estado ajustada a derecho, sino concretada en virtud de intereses políticos y económicos.
Los cuatriboleados
La palabra “Cuatriboleado/a” es una expresión posiblemente acuñada por el Coronel Macario (personaje humorístico venezolano que se disfraza de militar) para referirse a hombres o mujeres con doble de gónadas, con valor y que no le temen a nada.
En la novela del Esequibo, hay varios personajes venezolanos (de nacimiento o convicción) con esta fuerza, por tener cuatro bolas o huevos, siguiendo la explicación etimológica del término.
Domingo Antonio Sifontes. Nacido en Cantaura, fue parte de una familia oriunda de las islas Canarias, estudiosa y de muchos valores. Domingo fue un francmasón y se guió mucho por los valores de la logia para encaminar su vida. Dedicado a las armas, estuvo a las órdenes del Presidente Joaquín Crespo, quien lo asignó a la defensa fronteriza del hoy Estado Bolívar con el rango de General.
No hay precisión de si fue en 1894 ó 1895, pero allí vino su momento de gloria. En esa época, Venezuela sabía de los planes de los ingleses de adentrarse en suelo nacional y tomar diferentes lugares para la corona, siguiendo los abusos originados tras la línea Schomburgk. Entre esos espacios estaba El Callao, que por ser una población productora de oro, era codiciada por Inglaterra. Por esa razón, los ingleses habían cruzado el río Cuyuní para invadir y reclamar territorio.
Allí fue cuando Sifontes les salió al paso, acompañado de pocas tropas y algunos ciudadanos, algunos armados con palos o cuchillos. Según algunos autores, en un lugar llamado “Piedra Escrita”, se produjo el combate, desigual y encarnizado, pero favorable al bando venezolano. Los ingleses emprendieron la retirada y Sifontes junto a los suyos izaron la bandera nacional y recuperaron los territorios originales.
Este hecho, heroico en toda su extensión, es poco conocido. Muy pocos saben del mismo, de cómo un país tercermundista, pobre y prepetrolero le hizo frente y ganó a una potencia colonial. Gracias a este acto de valentía, la zona pasó a denominarse como Municipio Sifontes, y los restos del general descansan en territorio que hoy es venezolano gracias a él.
Más info en: http://www.diarioelprogreso.com/edi-140110/html/pag28-a.htm
José del Pilar Barbella Ramos y la GN. Antes de la Guardia Nacional que vemos hoy, ésa que le echa “gas del bueno” a los civiles, y que no protege nada salvo sus cuentas bancarias, había una comprometida con la Patria y que sí defendió la soberanía venezolana.
Como ejemplo de lo anterior está José del Pilar Barbella Ramos, Teniente Coronel de la Guardia Nacional destacado en la frontera ilegal con Guyana en 1966.
En ese año, cuenta la historia que el ciudadano Juan Flores Bermúdez iba junto a sus tres hijos por el río Cuyuní buscando oro. De repente hizo una pausa en la isla de Anacoco (o Ankoko), donde confluyen los ríos Venamo y Cuyuní, y allí observó que miembros de las Fuerzas de Defensa de Guyana (GDF) habían izado la bandera guyanesa y colocado varios pertrechos.
Flores Bermúdez alarmado por el hecho se dirigió a Tumeremo y le notificó esto al comando de la Guardia Nacional acantonado allí, y su líder, el Teniente Coronel Barbella Ramos dirigió sus tropas a la isla de Anacoco. El 12 de octubre de ese año, Barbella Ramos exigió y sacó de la isla a los guyaneses, retirando un hito fronterizo de ellos e izando la bandera venezolana. De inmediato, y ya en posesión firme venezolana, se comenzó la construcción de un puesto militar, una pista de aterrizaje y otros edificios.
Al poco tiempo, varios efectivos guyaneses se aproximaron a la isla a tratar de retomarla, pero Barbella Flores y los demás miembros de la Guardia Nacional los mandaron a freír monos/espárragos, para decirlo en términos populares.
El 14 de octubre de ese año, el Primer Ministro guyanés, Forbes Burham, escribió una carta de protesta enérgica por el hecho, a lo que el Presidente Raúl Leoni Otero respondió de forma educada pero firme, indicándole que no se iba a devolver la isla.
Aquí más detalles: http://www.lapatilla.com/site/2011/09/26/raul-leoni-paro-en-seco-a-guyana-en-la-isla-anacoco-documento/
Las acciones de Barbella Ramos no fueron reconocidas por Rafael Caldera. Tras otros
cargos castrenses, José del Pilar Barbella fue alcalde de Calabozo, en
el estado Guárico, y ejerció como abogado, locutor y médico. Según
algunos datos, habría fallecido por una cirrosis hepática.
Hoy, la isla de Anacoco, con sus 24 kilómetros cuadrados de
extensión, es la única porción del Esequibo recuperada por Venezuela, 24
de 159,500 km2. Allí hoy se erige un campamento e instalaciones
militares del Ejército Venezolano y forma parte integral del país.Fotos aquí: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.370619739650716.82802.135151303197562&type=3
Por cierto, para los seguidores del gobierno de turno, de los que dicen que Guyana siempre ha sido pacífica con Venezuela, les tengo un cuento. En ese 1966, tras la toma de la isla de Anacoco por la Guardia Nacional, un grupo de guyaneses se colocaron frente a la Embajada de Venezuela en Georgetown, la capital, y tras un rato de protesta algunos ingresaron a la sede consular, arriaron la bandera venezolana y la quemaron en la calle.
Aquí comparto la descripción de los hechos por el entonces Cónsul General de Venezuela en Guyana:
http://esequibonuestro.blogspot.mx/2012/01/nota-del-consul-general-de-venezuela-en.html
La venezolana traicionada
Tres años después de los hechos de Anacoco y de la Embajada de Venezuela en Georgetown, ocurrió un hecho que puso de nuevo sobre el tapete la cuestión del Esequibo: la revuelta del Rupununi.
El 2 de enero de 1969, un grupo de hacendados e indígenas de la región del Rupununi-Alto Esequibo, se declararon en rebelión y crearon un Estado Libre Esequibo.
Para ello tomaron los puestos de control, las pistas de aterrizaje y atacaron a las fuerzas de seguridad. La causa de la rebelión se debió oficialmente a factores raciales, comerciales y de asumir que Georgetown había abandonado a quienes vivían en esa zona.
Allí, en Lethem, la ciudad donde brotó el movimiento, estaba una mujer, esposa de un piloto, que tomó las riendas del movimiento: Valerie Paul Hart.
De raza amerindia y carácter determinado, Hart había sido la líder de los ganaderos en la zona y por ello asumió el mando de la insurrección. Hart en su estrategia, pidió ayuda a Venezuela, para que interviniera en el conflicto y hasta que retomara la soberanía del Esequibo.
Ella junto a otros separatistas pudo viajar a Caracas y solicitar la ayuda formal. Desafortunadamente, no obtuvo la respuesta que quería. Raúl Leoni, ya de salida de Miraflores, no quiso meterse en el problema, y Rafael Caldera, el Presidente electo, afirmó que Venezuela se apegaría a lo estipulado en el Acuerdo de Ginebra de 1966, en el que ambas partes más Inglaterra se comprometían a buscar una solución pacífica.
Sin apoyo de Venezuela, la revuelta fue sofocada en tres días y se perdió para siempre una oportunidad de oro para retomar el Esequibo.
Hart es un ejemplo del empowerment femenino, de cómo las mujeres pueden alcanzar roles trascendentales y fuertes, que traen cambios en donde se encuentran. Ella con su ímpetu y valentía se la puso difícil a Guyana, y al fracasar la revuelta, ella asumió completamente las consecuencias.
Actualmente vive en Hawaii, mientras que otros dicen que en Brasil. Varios de los insurrectos de esa época hoy viven en Venezuela, con cédula venezolana y orgullosos de lo que hicieron.
Aquí dos notas sobre ella:
http://laguayanaesequiba.blogspot.mx/2009/03/la-templanza-y-fortaleza-de-valerie.html
http://www.google.com.mx/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=14&ved=0CHQQFjAN&url=http%3A%2F%2Fwww.laguayanaesequiba.org%2Fdetalle.php%3Fcid%3D23%26id%3D490&ei=P69dUuKCBYqEyAHrxYCYAg&usg=AFQjCNHmxoaj9MX4nmr2dw_oVRC-IgxH6w&sig2=YJWIRBPrlVPJqgWfTqL-aA
¿Dónde está el futuro?
Es difícil ver cuál será el desenlace del problema del Esequibo. Por una parte, Guyana sigue construyendo, invirtiendo y ejerciendo su soberanía en el territorio. Otorga concesiones y Dios libre que alguien toque algo del Esequibo.
Venezuela por otra parte, tiene los argumentos para recuperar el Esequibo pero no los usa. Siglos de documentación, pruebas de un laudo “nulo e írrito”, derechos continentales y gente guyanesa que quiere ser venezolana, pero a la que no se le hace caso.
Si Caldera fue particularmente torpe y miedoso al congelar por 12 años las negociaciones con el Protocolo de Puerto España, los revolucionarios chavistas fueron aún peores, autorizando todos los movimientos de Guyana para garantizar votos de Caricom y clientes petroleros.
Por una parte, Guyana propone que el tema se resuelva en la Corte Internacional de Justicia o en la Asamblea General de la ONU, pero Venezuela se niega. En cambio, ambos eligieron el recurso de los Buenos Oficios para resolver el entuerto. Los Buenos Oficios es designar por parte de las Naciones Unidas a un funcionario que buscará entre las partes una solución pacífica y definitiva. No obstante, los buenos oficiantes hasta la fecha han pasado sin pena ni gloria, sin ningún avance. Y para más vaina, todos han sido de países de la Commonwealth, confederación de naciones y excolonias británicas, entidad a la que pertenece Guyana. Eso hace saber para qué lado se inclina la balanza.
Hace unos días, Venezuela retuvo al barco “Teknik Perdana” que hacía servicios energéticos para Guyana en aguas del Esequibo. Guyana ahí mismo saltó pidiendo explicaciones y catalogando al hecho como un abuso, pero afortunadamente la Armada venezolana por fin ejerció la soberanía en esas aguas. El barco ya fue liberado tras ser enviado a Margarita, y en los próximos días se tratará el tema por Venezuela y Guyana en Trinidad y Tobago.
¿Qué se hace por el Esequibo entonces? Pareciera no haber respuesta. La solución pacífica de los buenos oficios va a llegar hasta el dos mil siempre, porque no hay acuerdo entre las partes y el buen oficiante es medio decorativo.
¿Un conflicto armado? Es lo que provoca pero sería contraproducente. Venezuela tiene los recursos militares para recuperar el Esequibo, pero falta preparación y planeación, elementos carentes en los oficiales actuales. De hecho, Guyana sabe que si Venezuela intentara eso, no tendrían cómo detener el avance.
Así lo dijo el Jefe del Estado Mayor de Guyana, Comodoro Gary Best, tras un incidente fronterizo en 2007, y que citó el diario venezolano El Universal. http://www.eluniversal.com/2007/12/22/pol_art_guyana-advierte-que_649188
Pese a esto, optar por un choque armado no dejaría a Venezuela bien parada. En 1966, cuando Guyana pasó a ser independiente, la opinión pública internacional medio condenó a Venezuela por pretender quitarle a un país pobre recién creado 2/3 de su territorio.
En la actualidad, además de lo anterior pondría a Venezuela como un David que pasó a ser un Goliat, que después de haberse enfrentado solita al poder colonial británico, ahora hace bullying a su vecino menos favorecido.
Además de Venezuela, Surinam, el vecino occidental de Guyana también reclama territorio. Si Venezuela y Surinam recuperaran al mismo tiempo lo que exigen, Guyana quedaría como una franja de país más delgada que Chile. Venezuela quedaría como Argentina tras la Guerra de Malvinas en 1982.
Por lo pronto seguimos como estamos. Arrechos y dolidos por un Esequibo que no retorna a nuestras manos, que cada día es deforestado, contaminado, modificado y explotado por Guyana. Donald Ramotar, Presidente actual de ese país, exhibe orgulloso en su Facebook (https://www.facebook.com/DonaldRamotar?fref=ts) fotos del Esequibo y sus bellezas como parte de su país. Y Maduro defendiéndolo…
El gobierno venezolano sigue con su postura genuflexa y entreguista, ampliada por la dominación ideológica cubana, y por la ignorancia de quienes ejercen la Presidencia y la Cancillería nacionales. Sigue existiendo ese miedo incomprensible de gritarle sus cuatro cosas a Guyana por algo que nos debe. Sigue estando ese temor de alzar la voz teniendo nosotros la razón.
Por cierto, Cuba y Fidel Castro han sido de los que más lodo le han echado históricamente a Venezuela en su reclamo territorial. Al que hoy considera el gobierno un aliado, por años defendió a Guyana, la cual tenía y ha tenido siempre una ideología marcadamente de izquierda.
Aquí varias notas que resumen los hechos sobre el Esequibo en los últimos días:
http://www.americamilitar.com/discussion/265/la-toma-del-esequibo/p3
Esta flojera, desidia o cagazón en reclamar es aprovechada cada vez más por Guyana, país del que tampoco sabemos mucho. Es una mezcolanza racial y religiosa de indígenas amerindios, blancos, negros, hindúes, asiáticos y caribeños, que no se ponen de acuerdo y con intereses diferentes. Es un país pobre, con poco desarrollo, afianzado en el sector primario, y sin mucho crecimiento.
No se conocen cantantes, ni artistas, ni un producto típico. Sólo migrantes paupérrimos que llegan a Puerto Ordaz con historias falsas de robos para pedir dinero, vendedores ambulantes de helado o mineros a quienes no bastan los 159 mil km2 del Esequibo que se robaron y que vienen a dañar la selva venezolana.
Y pese a todo esto de Guyana, a su pobreza, su baja educación, su falta de crecimiento y su debilidad nacional, es el país al que no hemos hecho devolvernos lo que su colonizador nos robó, y que hoy ellos usurpan alegremente, con la anuencia del mundo.
Extraido de: https://vainasliterarias.wordpress.com/2013/10/16/el-despojo-aplaudido/#comments en fecha:09-03-2015.
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