2.ago.2015 / 09:39 am /
Fuente:http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/venezuela-vs-guyana-guerra-por-esequibo-2/#.VmWlm16WaAo
Este tema, que aún no tiene el debido
posicionamiento en el espectro de la opinión pública venezolana, trae
consigo pronunciados bemoles en lo político y en la cuestión de la
soberanía venezolana, basada ésta en su reivindicación histórica sobre
el Esequibo o la Guayana Esequiba. Necesario es conocer los antecedentes
fundamentales en esta importante cuestión geopolítica y territorial de
Venezuela y luego reseñar otras cuestiones de fondo.
Algunos antecedentes a saber
- Durante más de 100 años, Venezuela ha denominado “Zona en reclamación” a una enorme porción territorial de 159.500 Km2, repleta de inestimables recursos minerales y de posición marítima geoestratégica, que es hoy considerada en la República Cooperativa de Guyana como el 70% de su territorio. Guyana sostiene que un tribunal laudó el litigio en su favor en 1899, en concreta referencia al afamado Laudo Arbitral de París, que despojó a Venezuela del Esequibo. En aquel momento el fallo se realizó a favor de Reino Unido, el imperio de la época, por presiones y procedimientos injustos contra Venezuela. El Reino Unido era el propietario en aquel momento de la otrora “Guyana Británica”.
- Venezuela denuncia tal decisión ante la ONU pero en 1962 obtiene avances concretos consignando documentos que prueban que la decisión de 1899 contenía vicios de nulidad. Este evento conllevó a la firma del denominado Acuerdo de Ginebra, el 17 de febrero de 1967, entre ambas partes más la presencia del gobierno local de Guyana Británica, próxima a recibir la independencia, momento en el cual sustituiría a Reino Unido en la cuestión del diferendo territorial con Venezuela.
- Actualmente el diferendo territorial está en manos del Secretario General de las Naciones Unidas en el marco del Acuerdo de Ginebra. Este litigio sólo incluye a Venezuela como parte demandante y a la República Cooperativa de Guyana, excluyéndose de éste al responsable, Reino Unido, el cual tiene una demostrada estela de inconsistencias territoriales y despojos en su largo historial de colonialismo y robo de tierras en todo el mundo.
- De acuerdo al Decreto 1.787 de fecha 26 de mayo de 2015, promulgado por el presidente Nicolás Maduro Moros en Consejo de Ministros y publicado en la Gaceta Oficial Ordinaria 40.669 de fecha 27 de mayo de 2015, se crean y activan las Zonas de Defensa Integral Marítimas e Insulares (Zodimain); ahora lo que se conoce como la “Fachada Atlántica de Venezuela” pasa a ser definida por la Zodimain Atlántica, dejando ahora a la República Cooperativa de Guyana sin salida al Atlántico.
- Venezuela articula una estrategia audaz al replantear sus Zonas de Defensa Integral Marítimas, luego de darse a conocer la noticia de que en lo que serían las aguas del Esequibo venezolano, hoy la empresa Exxon Mobil realiza exploraciones petroleras con permiso del Gobierno guyanés, encontrándose una inestimable (hasta ahora) cantidad de recursos de hidrocarburos. Esto no es enteramente nuevo. En 2013, la Marina de guerra venezolana retuvo brevemente al buque de investigación sísmica Teknik Perdana, que había sido contratado por la petrolera con base en Texas Anadarko Petroleum, para examinar el fondo del mar de la zona.
- El Gobierno de la República de Venezuela respondió a los múltiples abusos cometidos por la República Cooperativa de Guyana con la promulgación y puesta en vigencia del Decreto 1.787 de fecha 26 de mayo de 2015, en donde ahora los guyaneses, que han venido pretendiendo bloquear la salida por el Atlántico a Venezuela, son ellos quienes se verán sometidos bajo la Zodimain Atlántica y sin salida directa al Atlántico, tomando en cuenta el Laudo Arbitral entre Guyana y Suriname del 17 de septiembre de 2007 (donde Suriname le cerraría la salida al Atlántico por el Este a Guyana).
- El Gobierno guyanés ha respondido hasta el momento con la suspensión de los vuelos de la estatal venezolana Conviasa hasta Georgetown (capital de Guyana). También con el anuncio de llamar al embajador venezolano para que diera una explicación sobre el Decreto. “Estaremos llamando al embajador (de Venezuela) para explicar qué significa (el decreto sobre los límites marítimos) y para expresar nuestra preocupación por esta escalada en un intento de larga duración para lograr por medios cuestionables lo que Venezuela no ha podido lograr con estrategias diplomáticas y legales internacionalmente aceptadas”, declaró a la AFP, sin precisar la fecha de la convocatoria.
- La cancillería de Guyana anunció que ese país continuará -”sin inmutarse”- desarrollando el aprovechamiento de recursos y llevando adelante la exploración y probable explotación petrolera en las aguas en disputa. También señalaron que “Cualquier intento de la República Bolivariana de Venezuela de aplicar ese instrumento de modo extra-territorial será vigorosamente resistido por la República Cooperativa de Guyana”, en una clara alusión al uso probable de la fuerza de encontrar embarcaciones venezolanas haciendo respetar la Zona de Defensa Marítima e Insular Atlántica.
Cuestiones políticas de fondo
Venezuela asume la facultad de navegar
lo que la mayoría de los venezolanos hemos considerado durante más de
100 años nuestra fachada atlántica del Esequibo, nuestras aguas
territoriales que nos fueron despojadas en 1899 por la acción del
imperio de la época y por el entreguismo cuartorrepublicano que, durante
décadas, mantuvo desactivados todos los instrumentos del derecho
internacional para reestablecer la integridad territorial de Venezuela.
Sólo en momentos intermitentes, el
Gobierno venezolano asumió consistentemente el abordaje del Esequibo,
quedando luego dilatadas las decisiones de asumir esa negociación,
viéndose nuestros gobiernos lacayos silenciados y sometidos por órdenes
de los amos del poder en el norte. He ahí que luego del Acuerdo de
Ginebra en la materia en 1967, poco se ha hecho en el abordaje concreto
de tan importante diferendo.
Desde la llegada de la Revolución
Bolivariana los gobiernos de Guyana y Venezuela en años recientes han
dispuesto utilizar los buenos oficios, descongelando así la situación de
estancamiento que había desde 1967, es decir, desde casi toda la época
del puntofijismo. Esta relación tuvo un giro político gracias a Chávez,
quien instrumentó las armas de la política dejando de lado aquellas
propias de los regímenes belicistas.
En 2010 ambos países asumieron la figura
del “Buen Oficiante”, cuya labor consiste en asumir las funciones de
mediador y aproximar a ambos gobiernos para que éstos den con una
solución satisfactoria para las partes. El último “Buen Oficiante” fue
el jamaicano Norman Girvan, propuesto por ambos gobiernos en 2010 y
aceptado por el Secretario General de la ONU, pero Girvan falleció en
abril de 2014 y hasta la fecha no se ha nombrado a uno nuevo. En
palabras del mandatario guyanés en 2010, Bharrat Jagdeo, las relaciones
dan un giro gracias a la “amplitud de mente” de Chávez, señalando:
“Hemos podido colocar nuestras relaciones más allá de los problemas
fronterizos para trabajar en áreas vitales para el desarrollo de ambos
países”.
Quizás posponiendo la pugna territorial
para aspirar a intereses supraterritoriales mucho mayores, inspirados en
lo político y en la necesidad de la integración sudamericana expresada
en la Unasur y en la Celac, Venezuela no aborda militarmente el tema del
Esequibo, agotando todas las instancias políticas y todos los ámbitos
de diálogo. Pero la situación ha cambiado.
El Gobierno de Guyana, luego de
advertencias, asume transnacionalizar la franja marítima que los
venezolanos reclamamos colocándola en manos de la empresa petrolera
norteamericana más grande del mundo, Exxon Mobil, la cual asume todas
sus capacidades logísticas para posicionarse sobre una franja de
incontables recursos.
Este giro político por parte de Guyana
se debe al ascenso al poder de un régimen de corte militarista liderado
por David Arthur Granger, un General retirado, líder de la derecha de
Guyana, formado en Reino Unido y con cursos especiales en Estados
Unidos, destacándose entre ellos los que realizara en la National
Defense University, de Washington DC y otros asociados al terrorismo, en
la Universidad de Florida.
La República Cooperativa de Guyana, una
república que nace con tendencia política de centroizquierda, se
deslindó de todo proceso internacionalista de corte progresista en era
reciente dada la disputa histórica con Venezuela, pero también a la
derechización de su orden político, el cual sigue manteniendo los
vestigios históricos del coloniaje y su inercia política con la
Commonwealth (Comunidad Británica de naciones). Pese a formar parte de
la Unasur, creación de Venezuela, Guyana, casi recibiendo órdenes
superiores, ha mantenido la espalda a Venezuela de manera perenne.
¿Ante qué estamos?
Muchos indicios indican que Venezuela
está actuando de manera proporcionada a las acciones de Guyana, dado que
dicho país está colocando activos para el aprovechamiento de recursos
naturales en una zona declarada en disputa y cuyas negociaciones se
encuentran estancadas. Algo que podría considerarse similar al caso de
las Malvinas y que es una referencia en el derecho internacional.
Al asumir que la fachada atlántica del
Esequibo es un área de Defensa Integral Marítima para Venezuela, no sólo
se asume la proyección estratégica de Venezuela al Atlántico (la cual
ha estado parcialmente bloqueada), sino que se genera al mismo tiempo
una ruptura a la distensión política que ha existido en las últimas
décadas, dadas las acciones de Guyana. Esto obliga a los dos países,
ahora sí, a sentarse y definir una ruta de acuerdos.
Exxon Mobil tiene un historial largo de
explotación de recursos en zonas ocupadas, también de mercenarización de
los territorios para asumir hegemonías territoriales. El poder
transnacional de la Exxon es también de carácter militarista, y
Blackwater -ahora Academi-, la corporación mercenaria más grande del
mundo, es su brazo paramilitar. Entender la movida de Venezuela implica
proyectarnos más allá de la cuestión del Esequibo como diferendo
territorial.
Si consideramos al Esequibo como
venezolano, debemos considerarlo también una zona ocupada, una parte
integral del territorio venezolano bajo control militar extranjero, bajo
control político de un Gobierno de derecha, y ahora bajo explotación de
una transnacional militarista. La nueva etapa en la ocupación del
Esequibo da cuenta de que la mercenarización y ocupación de una fuerza
extraterritorial en las aguas y probablemente en el suelo Esequibo
venezolano es una realidad probable, y un escenario que obliga a
Venezuela a hacer un replanteamiento estratégico, como sucede justo
ahora.
Venezuela no es un país militarista y
expansionista, pero sí soberanista. Nuestras fuerzas militares no tienen
el perfil de ser unas fuerzas de ocupación, pero sí de protección
integral de nuestro suelo. He ahí que el diálogo y los instrumentos de
la política han sido la prioridad para el abordaje del Esequibo, para
evitar con esto detonar una guerra fratricida territorial en pleno siglo
XXI. Pero la situación está cambiando. Y la responsabilidad no recae en
Venezuela.
Se trata ahora de proteger la integridad
territorial venezolana, inhibiendo el desarrollo de “cabezas de playa”
por la franja atlántica y por el Esequibo territorial. Se trata de
contener el posible preámbulo de una mercenarización de nuestra “Zona en
Reclamación” y de la entrada de una potencia paramilitar transnacional
extraterritorial para el aprovechamiento de recursos en disputa. Se
trata ahora de contener un conato de confrontación por órdenes a Guyana,
provenientes de factores hegemónicos superiores.
Los enemigos de la integración y del
peso político de Venezuela en la región quieren, entre las naciones del
sur, una pelea de perros. Pero en Venezuela contamos con las armas de la
política, la historia y la razón.
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