martes, 12 de enero de 2016
Daniel Florencio O' Leary |
Tomado de El Universal
Por Oscar Yanes
Viernes 28 de agosto de 2009
"Con semejantes procederes, lo que merecía, en lugar del Panteón, era el Guaire"
La traición de O'Leary
Muy poca gente conoce que Daniel Florencio O'Leary fue de los grandes
responsables de los ciento cincuenta mil kilómetros de territorio que
nos robó Inglaterra.
El misionero capuchino padre María de Vegamián, quien llegó a Guayana en
1924, escribió una obra que debía ser texto obligatorio en las escuelas
venezolanas: El Esequibo frontera de Venezuela. Entre las revelaciones
del padre Vegamián hay una denuncia que desconcertará a más de un
venezolano. A continuación inserto copia textual de lo que el misionero
nos relata: "Vamos a dedicarle dos líneas, porque lo amerita la cuestión
que nos ocupa. Su conducta tan brillante al lado del Libertador, en la
Independencia, le mereció llegar a ser el primer edecán del mismo, lo
que indica cuánta confianza le merecía y cuántos méritos había adquirido
para llegar a esas alturas. No lo desconoció Venezuela y, por eso, el
Gobierno de la República le concedió los máximos honores de "Ilustre
Prócer de la Independencia" acogiendo sus restos mortales en el Panteón
Nacional. Pero la Historia nos tiene reservadas a veces sorpresas bien
ingratas. Entre ellas tenemos la de la conducta de nuestro edecán con
Venezuela, su segunda patria (nativo de Cork, Irlanda del Norte), en
cuestión de los límites con la Guayana, en la que se esforzó por
convencer al presidente Soublette, su cuñado, de las "justas demandas de
Gran Bretaña respecto a Punta Barima".
Era el representante de la Gran Bretaña en Venezuela desde junio de 1840
y su condición de tal y las muchas amistades que esta poseía, lo
situaban en condición envidiable para haber servido con lealtad a los
intereses de la misma. Pero las voces de la carne y la sangre acudieron
en él más que las de nobleza, justicia y gratitud que debía a la patria
de su gran protector".
"Él mismo fue quien cometió la villanía de sugerir, siendo cónsul inglés
en Caracas, a Aberdeen que, si en Relaciones Exteriores de Venezuela
aparecían los documentos donde Inglaterra autorizaba a Venezuela la
erección del Faro Barima siendo cónsul su predecesor el señor Ker
Porter, que le contestaran a él los del Foreing Office que las notas de
Porter eran de carácter personal suyo, no de origen oficial, y que, por
tanto, desconocían todo compromiso para Inglaterra emanado de ellas.
O'Leary justificaba esta sugerencia, diciendo que como Porter ya había
muerto, no se le causaba agravio ninguno. Se valió de su influencia ante
su cuñado Soublette para impedir que Venezuela construyera dicho faro,
en uso de sus derechos de dueña de aquella región. Increíble que un
hombre de su categoría se envileciera de semejante manera. Al
descubrirse tales procederes, lo que merecía, en lugar del Panteón
Nacional, era... el Guaire".
En 1949 estalla una bomba que estremeció a los ingleses. El
norteamericano abogado de Venezuela en el litigio de 1899 contó con lujo
de detalles en su testamento que Venezuela fue despojada de lo suyo y
que aquel fallo no tenía validez alguna. La historia del gran robo del
siglo aparece en el segundo tomo con la circulación Nadie me quita lo
bailao, de Oscar Yanes.
Así son las cosas.
http://www.eluniversal.com/2009/08/28/ccs_art_asi-son-las-cosas_1539704
Los comentarios que aparecen en este sitio web son responsabilidad de sus autores y no de Territorio Venezolano, Nuestro Legado Eterno.
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