jueves, 20 de diciembre de 2012
Ezequiel Rojas |
Señor:
He leído los
diversos juicios y comentarios que ahí se han hecho acerca del protocolo
firmado por los señores Olney y Pauncefote para el arreglo de la
cuestión de límites entre los Estados Unidos de Venezuela y la Gran
Bretaña.
Hallo por
primera vez ese documento publicado en el NEW YORK JOURNAL del 6 de este
mes, que se remitió de Londres a su redactor, por quien se hace alarde
del hecho como una hazaña rara vez realizada por el periodismo.
En el numero siguiente del mismo diario se anuncia con cifras de marca
mayor en la primera pagina que, “la publicación del tratado causa gran
conmoción”; que “Sir Julian Pauncefote dice por el cable a la metrópoli
que los intereses de la Gran Bretaña han sido puestos en riesgos por las
revelaciones del Diario, que prueban cuan diplomáticamente ha mirado
Inglaterra por sus intereses, que la exclusiva presentación de los
términos del convenio de limites ha asumido una gravedad internacional,;
y que el Presidente Cleveland manifiesta su indignación por haber otra
vez más Inglaterra publicado secretos de Estado”.
Observo que para el 8 el señor Olney mandó dar a la estampa el propio memorándum, cuando hubo recibido el calograma de usted.
Noto, además, que en los círculos diplomáticos es unánime la opinión de
que el tratado prácticamente abandona toda la causa de Venezuela, y
asegura el triunfo Británico en todo los puntos esenciales; que ninguno
de los diplomáticos duda ni un por un momento que el quinto arbitro será
favorable a la Gran Bretaña y decidirá a su favor todos los puntos que
se susciten que en especial los diplomáticos de la América Central y del
Sur forman una triste idea de la situación, y declaran que saltar de la
enérgica actitud protectora tomada por el presidente Cleveland en su
mensaje hace un año sobre Venezuela, al tratado de hoy, es haber dado
una gran caída.
Veo también la crítica del Senador Davis, las observaciones del
representante Livingston, a quien parece el tratado un plan para dar a
Gran Bretaña cuanto reclama, aun al oeste de la línea de Shomburgk y
luego establecer los títulos de usurpadores británicos a todo lo que
valga en los demás; la opinión del Senador Morgan según el cual el
tratado ha establecido la soberanía de los usurpadores; el parecer del
señor Coudert, miembro de la comisión investigadora, que ya ha declarado
a favor del convenio, puede ser candidato de la Corte Suprema para las
funciones de árbitro.
Me fijo además del análisis hecho por el propio Journal de las clausulas
del protocolo, que se hallan perjudiciales para Venezuela, sobre todo
la de los 50 años, en lugar de los 60 propuestos desde el principio,
porque se piensa que sanciona la línea de Shomburgk trazada en el año
1841, y la regla 3 susceptible a dar margen a cuantiosas
indemnizaciones a favor de individuos que se han metido en territorio
extraño.
Me llama mucho la atención que el ministro de Mexico, Señor Romero, cuyo
dictamen creía usted favorable al tratado, haya dicho que la “Gran
Bretaña ganará, que contará con el quinto arbitro”.
Aseveran que el Señor Olney cayó en la celada que le puso Sir Julián
Pauncefote, y así convino en ciertas concesiones vitales para la Gran
Bretaña y peligrosas para Venezuela.
Hasta dicen que el ministro de Venezuela, con ser un diplomático
experimentado, fue tratado con escasa cortesía y apenas se le consultó.
He leído que van a imprimirse, o mejor dicho, que se están ya
imprimiendo, los documentos reunidos por la diligencia de la Comisión
Investigadora, mas sin observación alguna acerca de sus merito, o de la
influencia que puedan tener en pro o en contra de las partes en litigio.
Se refiere esto a los principales informes de los profesor Jameson y
Burr, acerca de los establecimientos y archivos Holandeses, de Justin
Winsor sobre cartografía y el gran atlas de mapas históricos de
Mallet-Prevost, de los facsímiles de los grandes mapas matrices, unos
cincuenta y cinco, que han resultado todas las demás cartas de Guayana, y
de los mapas claves hechos por los expertos de la Comisión, en los
cuales se da la configuración del territorio disputado con su ríos,
costas y montañas, y sobrepondrá en colores la situación de los
establecimientos en varios periodos , la formación geológica y otros
rasgos que presentan una revista grafica de la controversia. Se agregan
que se imprimirán para uso futuro los importantes documentos
descubiertos en Holanda por el Profesor Burr, y que se creen
desconocidos por las partes del litigio. Que fuera de esas
publicaciones, la comisión no tiene idea de dar ningún informe, son que
confía ser exonerada tan pronto como los buenos oficios de los Estados
Unidos hallan sido formal mente aceptados por los contendores.
Ya se ve que tal publicación, apenas hecha, deberá conseguirse para el gobierno.
En periódico de Demerara y de Londres se ha visto que el señor Harrison,
el detenido en la pica del Acaribisi, cree que los árbitros deberán
considerar y decidir las reclamaciones Británicas a Tumeremo, El Callao,
El Carabal y Guasipati, como incluidas en el convenio, sin embargo de
haber dicho Lord Salisbury, y escrito en el mapa entregado al Doctor
Modesto Urbaneja, que no insistía en tal pretensión extrema. Todo esto
se estima que proviene de no haberse especificado el territorio de la
disputa en el protocolo.
Aquí se han publicado artículos sobre la cuestión, unos en pro y otros en contra.
La regla (a) ha parecido de sentido dudoso. Quien juzga que la
dominación política de un distrito y la colonización de él, que los
árbitros puedan estimar como suficiente posición adversa o títulos por
prescripción, han de durar los cincuenta años de que habla la primera
clausula: quien opina que, sea cual fuere, la duración de tal dominación
o colonización, surtirá efecto de hacer perder a Venezuela el
territorio a que se apliquen.
De aquí resulta la necesidad de pedir alguna aclaración de los puntos
oscuros del proyecto, de suerte que se pueda explicar al Congreso cuando
en el estudio de él se ocupe.
La precipitación con que se exigió al Gobierno resolviera sobre el
contenido de un memorandun que por primera vez se presentaba, y cuyo
autor no ha dado ningún esclarecimiento sobre el particular, impone la
necesidad de pedirlos para mayor instrucción del Ministerio, con vista
de los citados juicios, de la prensa de ese país, y de los demás que no
hayan aquí venido.
No cerrare este oficio sin notar que los contenidos de “New York
Journal”, referidos antes, aparecen en contradicción con los informes
que habían llegado a esta ciudad en cuanto al propósito de ese gobierno
de publicar , simultáneamente con el mensaje anual, el consabido
protocolo; informes que movieron a imprimirlo aquí, previo aviso a
Washington, el 09 de este mes, en unión de la carta del señor Cleveland
para el General Crespo y la respuesta de ella antes de haberse
despachado el lugar de su destino.
Como usted llegaría a Washington el viernes último y se pondría desde
luego en comunicación con el Señor Olney, he estado aguardando algún
telegrama respetos a la probabilidad de conseguir las modificaciones y
añadiduras solicitadas por el Presidente y su Gabinete, mas nada hasta
hoy he recibido. Si algo viniere antes de salir este pliego, me
apresurare en ponerlo en conocimiento del gobierno
Señor José Andrade
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Venezuela en los Estados Unidos.
Washigton , D.C.
Fuente : M.R.E. A.C., Archivo Gran Bretaña, Limites de Guayana, Bases
Propuestas por EE.UU, Vol. I, Tomo XXXIII (1896-1897) Folio 95.
Para leer el Acta de Washigton del 02 de febrero de 1897: http://esequibonuestro.blogspot.com/2012/02/por-cuanto-el-dia-dos-de-febrero-de.html
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