27 de diciembre 2014 - 12:01 am CET
Extraido de: http://www.el-nacional.com/opinion/editorial/Miedo-Guyana_19_544935502.html en fecha:28/01/2015.
Pasó bastante inadvertida una noticia que se origina en estos días de
distracción navideña en Georgetown, capital de Guyana, según la cual
Carolyn Rodrigues Birkett, elegante ministra de Asuntos Exteriores de
ese país, aseguró que el gobierno de Guyana estudia una solución
judicial para resolver unilateralmente su disputa fronteriza con
Venezuela y que, de una vez por todas, tomará una decisión definitiva en
2015.
La ministra parte del mismo principio esgrimido por el
presidente Obama con relación a Cuba. "Si en dos décadas no se ha
obtenido el progreso que uno quisiera, en parte debido a otras
complicaciones, debemos buscar nuevas opciones", tras referirse al lento
proceso que encabeza la ONU en busca de una solución desde hace 20
años.
Los guyaneses estarían dispuestos a una acción judicial vía
la Corte Internacional. La diplomática informa que ya Venezuela ha sido
informada sobre estas nuevas opciones para la solución del conflicto.
¿Por qué se oculta este hecho tan grave a los venezolanos y a los
militares?
La ministra nos batió en la cara que estas nuevas
opciones están dentro del marco del Acuerdo de Ginebra firmado entre
representantes de Reino Unidos, Guyana y Venezuela en 1966 y el cual
establece herramientas para la solución pacífica de las controversias
entre ambos países de conformidad con el artículo 33 de la Carta de las
Naciones Unidas.
Por su parte, Guyana insiste que el laudo arbitral de París de 1899
es la única decisión firme que establece los límites entre los dos
países. Guyana mantiene que el fallo judicial tomado en ese año es el
único que define la frontera con Venezuela. La diplomacia venezolana
desde el exitoso logro que llevó a los acuerdos de Ginebra siempre ha
indicado que aspira a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
De
ser verificable esta nueva estrategia de la pequeña pero sofisticada
Cancillería guyanesa, no se puede tomar el asunto a la ligera y la
opinión publica venezolana y la blandengue Casa Amarilla deben estar
debidamente informadas.
Esta pretensión encuentra a Venezuela en
una situación no tan distinta a la del desarticulado país de finales del
siglo XIX que permitió al imperio británico salir airoso ante una
disputa contra una nación débil.
¿Estará nuestra Cancillería en
conocimiento de esta estrategia del país vecino? ¿Cómo y con quién va a
enfrentarse tamaño reto cuando los zapateros remendones bolivarianos ya
desmantelaron los equipos negociadores y de expertos?
Recordemos
que recientemente fue destituido el almirante Elías Daniels, jefe de la
unidad de Guyana. Su sustituto, otro oficial de la Armada, y el director
de fronteras de la Cancillería fueron informados, supuestamente, de que
solo el Despacho del ministro hará seguimiento del tema de la
controversia. Es que lo que ocurre es que ciertos militares se han
convertido en colaboracionistas (como en la Segunda Guerra en Francia).
En vez de reprimir estudiantes deberían rescatar el Esequibo.
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