PENETRACIONES TERRITORIALES: DISPUTAS Y RECLAMACIONES
La primera disputa por la posesión del territorio al oeste de la cascada del Cuyuní, en lo interior, y del Esequibo, en la costa, se dio entre España y Países Bajos. Se originó cuando los holandeses estacionaron un agente de comercio en el Cuyuní, en un punto situado cerca de 50 millas de su boca, o de 35 a 40 millas encima de las cascadas que marcaban el límite del establecimiento de los holandeses. El Comandante español de Guayana, aseverando que ésta era una intrusión en territorio español, destruyó la posta en 1758 e hizo prisioneros a sus ocupantes. Los Países Bajos entablaron una reclamación en la que no se insistió, ni de ella se ocupó nunca España, que con posterioridad mantuvo una patrulla activa en el interior y en el territorio de la costa, hasta los límites del establecimiento holandés.
En un informe fechado el 10 de julio de 1788 las autoridades españolas formularon la primera reclamación, en la que se señaló como frontera la costa sur del río Orinoco, del punto de Barima, 20 leguas más o menos en tierra, hasta el estero de Curucima, el brazo del Imataka y una línea imaginaria que va del sur al sureste por la costa que es cruzada por los ríos Aguire, Arature y Amacuro, a una distancia de 20 leguas, directo al Cuyuni, de ahí correrá hacia el Masaruni y Esequibo, paralelamente a las fuentes de Berbis y Surinama.
Pocos años después de que Guyana pasara al dominio británico, se inician las primeras reclamaciones venezolanas al Reino Unido. En 1822 Venezuela se ve obligada a protestar las continuas invasiones de colonos ingleses en territorio venezolano. El Ministro venezolano en Londres, doctor José Rafael Revenga, por instrucciones del Libertador Simón Bolívar, presentó la denuncia oficial a las autoridades británicas en los siguientes términos: "Los colonos de Demerara y Berbice tienen usurpada una gran porción de tierra que según los últimos tratados entre España y Holanda nos pertenece del lado del río Esequibo. Es absolutamente indispensable —termina diciendo el diplomático venezolano— que dichos colonos o se pongan bajo jurisdicción y obediencia de nuestras leyes, o se retiren a sus antiguas posesiones". Dos años mas tarde José Manuel Hurtado fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Colombia ante el Reino Unido, en reemplazo del doctor Rafael Revenga, con la especial misión de obtener el reconocimiento británico.
En el año de 1825 Venezuela dio a conocer a Gran Bretaña que la frontera con la Guayana Británica estaba situada en el río Esequibo, sin que hubiera protesta inglesa. En 1828 el Diccionario Geográfico Universal en París establecía en 3,120 leguas el área de la Guayana Británica
A partir de 1834 la frontera oriental venezolana empezó a sufrir modificaciones. En ese año, el gobierno de Gran Bretaña comisionó al naturalista y cartógrafo prusiano Robert Hermann Schomburgk para trazar los límites entre la colonia de Guyana y Venezuela. Un año después, el encomendado realizó una arbitraria demarcación en mapas, llamada línea Schomburgk, que trajo como resultado el despojo sucesivo de territorio venezolano. La demarcación iba desde el Río Moruca hasta el río Esequibo, que incluía 4,290 km2 de territorio de la Guayana Esequiba.
En 1839 el mismo Schomburgk trazó una segunda línea llamada norte-sur, que fijó un nuevo límite desde la desembocadura del río Amacuro hasta el Monte Roraima y desde aquí hasta el nacimiento del río Esequibo, mediante la cual se avanzó 141,930 km2 hacia territorio venezolano. El propio naturalista atribuyó a las bocas del Orinoco una enorme "importancia política", e instó al gobierno británico a no abandonar Punta Barima, "que indudablemente es la llave de Colombia". Schomburgk publicó la experiencia de sus exploraciones en “Una descripción cartográfica de la Guayana Británica”, en la que se contiene un mapa del territorio que, según su criterio, debía reclamar para sí Gran Bretaña e incluye todos los ríos tributarios del Esequibo y el Monte Roraima y aconsejaba a Londres estimular la libre e ilimitada emigración a la zona de indios, africanos y cualquier grupo étnico.
El descubrimiento de importantes yacimientos de hierro, oro y diamantes en la parte occidental del Esequibo, más el inmenso potencial hidroeléctrico derivado de numerosas cataratas, en particular las del río Mazaruni, aumentaron las apetencias de los ingleses por la Guayana Esequiba, sentimiento que iba acorde con su política territorial expansionista. Lo anterior se demuestra cuando por esas fechas el cónsul británico en Ciudad Bolívar, Kenneth Mathison, expresó que "si la línea de la frontera británica va del Amacuro a la horqueta del Cuyuní, donde le entra Yuruari, el territorio aurífero caerá dentro del territorio inglés". En efecto, en 1849, se había descubierto el potencial aurífero de Yuruari.
La migración de los colonos británicos hacia los territorios situados más allá de la margen occidental del Esequibo y la colocación de postes en territorio venezolano por parte del agrimensor Schomburgk, originó la primera reclamación de Venezuela a Gran Bretaña.
El 18 de noviembre de 1841, el Ministro Plenipotenciario venezolano en Londres, don Alejo Fortique, presenta en nombre de su Gobierno "una nueva y más enérgica protesta", pidiendo a Su Majestad británica, "en términos más enérgicos" que eliminara los postes colocados en territorio venezolano. Exigencia que se vuelve a repetir el 8 de diciembre y el 10 de enero de 1842. Venezuela demandó toda la parte occidental del Río Esequibo, o sea el 75% del territorio de Guyana Británica. Por fin, el 31 de enero Gran Bretaña anunció su intención de remover los postes, cosa que en ningún momento cumplió.
Venezuela no ceja de insistir en la necesidad de firmar un tratado de límites. Así lo expresa Fortique en comunicación diplomática del 23 de mayo de 1843, dirigida al Conde de Aberdeen, Secretario Principal de Estado y Relaciones Exteriores de Gran Bretaña entre 1841 y 1846, petición que se repite el 26 de julio. El 31 de enero de 1844, el diplomático venezolano persevera en los planteamientos ordenados por su Gobierno y propone las bases para arreglo, anexando un mapa del territorio en que se establece la línea histórica. "No hay duda que el Esequibo es el río formado como al intento por la naturaleza -afirma don Alejo Fortique-; y pues nada o casi nada ocupan hoy los colonos británicos entre él y el Orinoco estando sus plantaciones del otro lado, un arreglo sobre ésta llenaría el objeto".
Las negociaciones para llegar a un acuerdo definitivo se iniciaron en 1844 mediante la propuesta formulada por el representante diplomático venezolano a Lord Aberdeen de reconocer al Río Esequibo como línea fronteriza entre los dos países, para lo cual presentó documentos que comprobaban la jurisdicción venezolana sobre las tierras que habían formado parte de la antigua Provincia de Guayana y, por consiguiente, de la Capitanía General de Venezuela en 1777. Además, sostuvo la validez del principio uti possidetis iure recogido en las diversas constituciones del joven estado venezolano.
En 1850 se llegó al Acuerdo mediante el cual ambos gobiernos se comprometieron a no ocupar el territorio en disputa. Sin embargo, pese a este Acuerdo, el gobierno británico siguió penetrando hacia el oeste, cada vez con más pretensiones.
En diciembre de 1876, Venezuela envió a Londres una delegación presidida por el doctor José María Rojas, con el encargo de promover nuevamente la cuestión de límites. Las conversaciones que se inician finalizan abruptamente unos meses después.
El 21 de febrero de 1881 en una nota dirigida al Ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Lord Granville, Venezuela propuso que la frontera se iniciara en un punto localizado una milla al norte del Río Moruka, de ahí correría al occidente hasta el meridiano 60º y bajaría hacia el sur por el mismo. Ello habría concedido a Venezuela el distrito de Barima.
El gobierno británico, por su parte, propuso que la línea fronteriza se iniciara en la boca del río Moruka y continuara por los ríos Barima y Aunama. Esto significaba una frontera que correría al oeste del Esequibo, por lo que no fue aceptada por el gobierno venezolano. Las conversaciones fueron suspendidas y los ingleses siguieron ocupando la zona.
En 1884 Inglaterra tomó por la fuerza la boca del Orinoco y dos años después Granville modificó los mapas originales de Schomburgk estableciendo una nueva línea limítrofe que aumentaba a 167,830 km2 la posesión británica, llegando así al Río Barima. La línea fronteriza, conocida como Rosebery, desplazó la línea divisoria y la proyectó a la propia desembocadura del Río Orinoco.
Cabría señalar que en 1885 el Statesman Year Book publicó que la Guyana Británica comprendía una superficie de 76,000 millas cuadradas, pero dos años después, en 1887 extendió la superficie territorial a 109 millas cuadradas. Fue en esta época cuando se produjo la mayor demanda británica, que aspiraba a 203,310 km2 de territorio venezolano, abarcando, por supuesto, el rico distrito aurífero del Yuruari.
Para esta época las minas venezolanas eran explotadas por concesionarios ingleses con capital propio y hasta con unos siete mil mineros extranjeros.
El presidente Antonio Guzmán Blanco, informado por su comisionado Jesús Muñoz Tébar de la continua penetración británica en territorio venezolano, exigió al gobierno británico, el 26 de enero de 1887, el inmediato retiro de su gente de las bocas del Orinoco y su repliegue al Río Pomerún, manteniendo así el statu quo de 1850. Al no aceptar Gran Bretaña esta exigencia, Guzmán Blanco rompió relaciones diplomáticas, el 21 de febrero de 1887. Entre las razones alegadas por Venezuela para el rompimiento diplomático, caven destacarse las siguientes:
a) Negativa británica a reparar 108 agravios;
b) Continuas y reiteradas violaciones al territorio venezolano;
c) Actitud inglesa de decidir por si misma cuestiones que competían a ambas naciones;
d) Por declararse dueño del Orinoco y apoderarse del caño Barima;
e) Negativa británica en aplicar el arbitraje adoptado en 1827 y 1871 para solucionar cuestiones de límites con los Estados Unidos de América;
f) Violación del Acuerdo de 1850 que garantizaba la extensión del territorio disputado;
g) Oposición británica al establecimiento de un faro en Punta Barima por parte de Venezuela;
h) Incesantes e ilegales avances desde el Esequibo al Pomarón, al Moroco, al Guaima, al Barima y al Amacuro, y
i) Por haber "vulnerados los derechos de la soberanía e independencia de Venezuela, privándola de la más santa e inviolable de las propiedades de una nación, a saber, la de su territorio".
Además de esta acción diplomática, Venezuela realizó un gran esfuerzo desde el punto de vista militar ya que, por un lado, se vio obligado a frenar el avance de Gran Bretaña y, por el otro, evitar una posible invasión del territorio, como se vislumbraba.
En su edición del mes de febrero de 1896, la revista “National Geographic” publicó un artículo de William E. Curtís, ex director de la Oficina para Latinoamérica de EUA, en el que se señala que “debido a las minas ubicadas en territorio venezolano, Inglaterra, en su política expansionista, pretende amenazar a Venezuela colocando dos navíos de guerra en las bocas del Orinoco, valiéndose de cualquier excusa, para así tomar posesión de ese prometedor territorio minero”.
La política de alentamiento y promoción abierta del expansionismo y penetración territorial de Reino Unido en territorio colonial español primeramente y con posterioridad en las jóvenes repúblicas independientes latinoamericanas, como es el caso de Venezuela, ocasionó incluso que, con respecto a la Guayana, en un memorando del Ministerio del Exterior inglés del mes de agosto de 1886 se dijera "Yo diría que nosotros no podemos presentar el caso a arbitraje ni siquiera con pequeñas esperanzas de éxito, dadas las contradictorias líneas que hemos reclamado, presentadas en los mapas públicos ingleses. Además, el mapa publicado por el señor Stanford bajo los auspicios del Ministerio de Colonias con todos los signos de aprobación oficial, tenía una frontera aproximadamente igual a la del mapa presentado al Parlamento en 1840 y por tanto comprendía un territorio considerablemente menor del que reclamamos en 1880 o en 1883; además de esto, ha de considerarse que el argumento basado en razones de estricto derecho no tiene salida alguna ".
Hasta 1897 hubo sucesivas usurpaciones del territorio venezolano por parte de Inglaterra.
En 1895, Richard Olney, Secretario de Estado del presidente estadounidense Stephen Grover Cleveland y reconocido por su interés en la solución de la controversia territorial entre Venezuela y Reino Unido, dirigió una nota muy agresiva al gobierno británico en la que consideró a los "avances" británicos en tierra venezolana como verdaderas usurpaciones, justificaba la aplicación de la “doctrina monroe” por tratarse de la agresión de una potencia europea contra un país americano y, atendiendo la solicitud de apoyo del gobierno de Caracas, demandó someter el diferendo a arbitraje. Para Olney, los EUA eran prácticamente soberanos en todo el Continente de América y deseaba el imperio de la ley estadounidense en el mismo. Se consideró que esta era una interpretación nueva y ampliada de la declaración política unilateral conocida como doctrina monroe. El Primer Ministro británico, Lord Salisbury, aceptó someter ciertas áreas de Guayana Esequiba a arbitraje pero rechazó permitir que los asentamientos británicos fueran adjudicados a otro país.
Al no aceptar el gobierno británico el arbitramento, el propio presidente Cleveland señaló que los EUA investigarían exhaustivamente sobre los límites de los países en disputa y luego se opondrían "por todos los medios a su alcance” y considerarían “como un ataque directo a sus derechos e intereses, la apropiación por la Gran Bretaña de cualesquiera tierras, o al ejercicio de su autoridad en cualquier territorio que de la investigación resulte pertenecer por derecho a Venezuela". En sesión extraordinaria del Congreso, el 17 de diciembre de 1895, Cleveland declaró: “Estados Unidos no puede aceptar que Inglaterra actúe como un Estado Sudamericano en este Continente y permitir que tal suerte de controversia tenga el trato como si fuese entre Brasil y Venezuela o entre Venezuela y Colombia, que son Estados limítrofes”, por lo que instó enérgicamente a la Gran Bretaña a parar su incursión al territorio de una nación americana y dio un ultimátum a los ingleses para que sometieran la controversia al arbitraje. Estas declaraciones generaron enfrentamientos diplomáticos entre Washington y Londres.
En las ediciones de julio y agosto de 1897 “National Geographic” recogió el incidente diplomático y territorial en el estudio La Comisión de Limites de Venezuela y sus Trabajos, en el que se publican mapas que reconoce la frontera en el Río Esequibo; en el trabajo realizado por la Comisión del Congreso de los Estados Unidos de América se ratifica la posición venezolana, de que sus fronteras con la colonia británica llegaban hasta el Río Esequibo y establece los límites del territorio adquirido por la Gran Bretaña a Holanda, así como la extensión del territorio usurpado a Venezuela, en la margen occidental del Esequibo.
Cabría señalar que a partir de 1898 el Libro Amarillo de Venezuela concibe el área en disputa en cuatro regiones:
· Región del Delta del Orinoco: delimitada al Sur y Oeste con las montañas de Piacoa e Imataca, al Norte con el río Orinoco y al Este con las sabanas del río Pomerun y el Océano Atlántico;
· Región del Moroco-Pomeron: delimitado por el río Moroco, el Océano Atlántico, el Río Esequibo;
· Región del Cuyuni-Mazaruni: delimitada por la Sierra Imataca, Pacaraima y las montañas de Ayanganna, y
· Región del Alto Esequibo: delimitada por la Sierra Pacaraima, el divorcio de aguas de los ríos Tacutú e Ireng y el Río Esequibo.
TRATADO DE WASHINGTON
Ante la presión estadounidense, en noviembre de 1896 los Estados Unidos de América y Gran Bretaña acordaron llevar a cabo el proceso de arbitraje. De esta forma, fue negociado y firmado el 2 de febrero de 1897, el Tratado de Washington, mediante el cual los gobiernos venezolano y británico se comprometieron a resolver el problema mediante un arbitraje internacional (ver anexo I)
Winston Churchill, en su libro “A History of the English Speaking Peoples” dedicó unas líneas a la disputa fronteriza de Venezuela con la Gran Bretaña, justificando la aceptación de Gran Bretaña a ir a un arbitraje, ya que su país no podía estar en conflicto con EUA y, a la vez, enfrentar a los alemanes y a los boers en Sudáfrica.
En el Tratado se establece el acuerdo de nombrar un Tribunal Arbitral para determinar la línea divisoria entre los Estados Unidos de Venezuela y la Colonia de la Guayana Británica; el Tribunal tendría como objetivo investigar y determinar la extensión de los territorios que fueron de las Provincias Unidas de los Países Bajos, ahora reclamados por la Gran Bretaña, y los territorios que estuvieron bajo la tutela de España, ahora reclamados por Venezuela, así como determinar la línea divisoria entre los Estados Unidos de Venezuela y la Colonia de la Guayana Británica; el Tribunal debía de estar integrado por 2 miembros de cada una de las partes involucradas en el conflicto y un tercero neutral.
Venezuela prefirió que su representación quedara en manos de los juristas estadounidenses Melville Weston Fuller y David Josiah Brewer, la parte neutral correspondió al ruso Frederic de Martens y los representantes británicos fueron Charles Baron Rusell de Killowen (quien reemplazó al Barón Herschell por fallecimiento) y Sir Richard Henn Collins.
En el Tratado se señala que los Árbitros se reunirían en París, una vez recibidos los argumentos, las decisiones se tomarían por mayoría, cada una de las partes nombraría un Agente para asistir al Tribunal y que se entregaría a los árbitros y a los agentes el Alegato impreso de cada una de las dos partes, acompañados de los documentos, la correspondencia oficial y las demás pruebas, en que cada una se apoye.
En el caso que presentó ante el Tribunal Arbitral, el gobierno de Venezuela modificó su reclamación con respecto al distrito ubicado al occidente del Esequibo y reclamó que la frontera debería correr de la boca del Río Moruka hacia el sur del Cuyuni, cerca de la unión con Mazaruni, y de ahí a través de la parte oriental del Esequibo hasta la frontera con Brasil (ver anexo II hacia el laudo arbitral. Alegado venezolano).
LAUDO ARBITRAL DE PARÍS
Contrario a lo estipulado en el Artículo 3 del Tratado, el Tribunal no estableció que territorios eran de Holanda, reclamados por Gran Bretaña y cuales fueron de España, reclamados por Venezuela, sino que se limitó a emitir el Laudo Arbitral de París del 3 de octubre de 1899, en el que se determina “que la línea de demarcación entre Venezuela y la Gran Bretaña seguía una línea equivalente a los actuales límites del territorio en reclamación” que le cercena a Venezuela 159.500 Km2, ubicados todos en la margen occidental del río Esequibo.
En el Laudo se falla a favor de Gran Bretaña, tal como era de esperarse dada la integración del Tribunal, y se dispone que la posesión definitiva del territorio se diera efectivamente en los siguientes cincuenta años a partir del momento de creación del mismo (ver anexo III).
Las autoridades venezolanas aceptaron la decisión y participaron en la Comisión Mixta de Fronteras Británico-Venezolanas entre 1900 y 1905, encargada de demarcar los límites definitivos entre ambos países, lo cual se alcanzó en septiembre de 1907.
NUEVAS RECLAMACIONES Y NUEVOS ACUERDOS
El Laudo arbitral de París fue cuestionado poco tiempo después de la instauración de la democracia en Venezuela, en 1958, con la aparición de documentos que demostraban las irregularidades legales del laudo (ver anexo VI Memorando de Severo Mallet-Prevost). En febrero de 1962 Venezuela denunció ante las Naciones Unidas la nulidad del laudo de 1899, acción que se confirmó el 12 de noviembre de 1962 ante el Comité Político Especial de la ONU, Venezuela sostuvo que la parcialidad de los jueces al dictar sentencia y la exclusión de venezolanos en la integración del tribunal, por conveniencias inglesas, ayudó a que el Tribunal sentenciara a favor de los británicos.
En 1963 Caracas reclamó de manera oficial ante la ONU el territorio ubicado al oeste del Río Esequibo, alegando vicios en el Laudo de París y actos contrarios a la buena fe por parte del gobierno británico, además de una supuesta componenda de algunos de los miembros del Laudo. El gobierno venezolano presentó en noviembre de ese año al gobierno de Londres nueve puntos en los que basa su reclamación:
1.- Presentación de mapas adulterados por parte de Gran Bretaña en el Tribunal Arbitral.
2.- El Tribunal otorgó 17,604 km2 a Gran Bretaña reconocidos como venezolanos por el propio gobierno británico.
3.- La línea fronteriza fue impuesta a los jueces por el gobierno británico.
4.- Mapas venezolanos que muestran la Guayana Esequiba como Zona en Reclamación.
5.- El Presidente del Tribunal Arbitral coaccionó a los jueces para aceptar la demarcación británica.
6.- La demarcación fue una "componenda" de los países miembros del Tribunal arbitral, como lo reconocieron incluso algunos funcionarios británicos.
7.- Exceso de poder del Tribunal al haber decretado en el Laudo la libertad de navegación sobre los ríos Amacuro y Barima.
8.- Venezuela fue engañada y el Reino Unido actuó contrario a la buena fe del derecho internacional.
9.- Venezuela fue informada del Laudo con posterioridad a la toma de decisiones.
Para los británicos el argumento venezolano era insostenible porque:
1.- Todos aquellos que participaron en el Laudo Arbitral han muerto.
2.- Venezuela aceptó el Laudo Arbitral como "un arreglo pleno, hecho y derecho y conclusivo".
3.- El estudio de los documentos reveló que Venezuela no tenía una razón válida.
4.- Venezuela no intentó probar sus razones para invalidar el Laudo Arbitral en su momento.
Acuerdo de Ginebra.- Tras numerosas diligencias diplomáticas, el 17 de febrero de 1966 el gobierno venezolano de Raúl Leoni firmó con el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte el llamado Acuerdo de Ginebra, mediante el cual Gran Bretaña acepta que existe una controversia limítrofe territorial y reconoce la reclamación venezolana sobre la Guayana Esequiba. El Acuerdo fue registrado en la Secretaría General de la Organización de las Naciones Unidas bajo el número 8192, del año 1966.
El artículo I del Acuerdo de Ginebra crea un Comisión Mixta para buscar soluciones prácticas a la controversia entre ambos países, luego de declarar Venezuela que el laudo de 1899 es "nulo e irrito". Asimismo, el Artículo IV establece un plazo de cuatro años para que la comisión mixta llegue a una solución satisfactoria.
En el Artículo VIII del Acuerdo se establece que al obtener Guayana Británica su independencia, el nuevo Gobierno guyanés pasará a ser parte del mismo, además de los gobiernos de Venezuela y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Asimismo, el Acuerdo señala que en caso de que la Comisión Mixta no llegue a un acuerdo, se transferirá el diferendo a los mecanismos de solución pacífica previstos en el artículo 33 de la Carta de la ONU
En general, en el acuerdo, que se encuentra vigente, se reconoce la reclamación venezolana sobre la Guayana Esequiba; no se discute la autoridad del gobierno de Guyana sobre el área en reclamación; se establece la salvaguarda de los derechos de soberanía venezolanos sobre la zona; Venezuela reconoce como nulo el Laudo Arbitral de París de 1899 que definía los límites entre Venezuela y la antigua Guayana Británica, tal como lo expresa el Artículo I del Acuerdo, pero esto no significa la invalidez del dictamen de 1899. Guyana, al firmar el Acuerdo de Ginebra, reconoce el reclamo y la inconformidad venezolana.
INDEPENDENCIA DE GUYANA
El 26 de mayo de 1966 el Reino Unido decide otorgar la independencia a la Guyana británica. Con base en lo establecido en el Artículo VIII del Acuerdo de Ginebra, el joven estado pasó a formar parte del Acuerdo el mismo día de su independencia, reconociendo de esta forma la reclamación venezolana sobre el territorio al margen occidental del río Esequibo.
En la nota de reconocimiento de la Independencia de Guyana, fechada el 26 de mayo de 1966, el gobierno de Caracas señala lo siguiente "Venezuela reconoce como territorio del nuevo Estado el que se sitúa al Este de la margen derecha del río Esequibo, y reitera ante el nuevo país, y ante la comunidad internacional, que se reserva expresamente sus derechos de soberanía territorial sobre la zona que se encuentra a la margen izquierda del precitado río; en consecuencia, el territorio de la Guayana Esequiba sobre el cual Venezuela se reserva expresamente sus derechos soberanos, limita al Este con el nuevo Estado de Guyana, a través de la línea del río Esequibo, tomado éste desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Océano Atlántico".
La Constitución de Guyana de 1980, reformada en 1996 y 2003, establece en su Parte I, Principios Generales, Capítulo 1 El Estado y la Constitución, numeral 2, lo siguiente:
"The territory of the State comprises the areas that immediately before the commencement of this Constitution were comprised in the area of Guyana together with such other areas as may be declared by Act of Parliament to form part of the territory of the State".
Estas áreas son las que conformaban la colonia de Guyana Británica, antes de su independencia, para la cual la Gran Bretaña reconoció como límite occidental al Río Esequibo, cartografiado políticamente a su favor en 1938, por lo que incluye el territorio Esequibo dentro de sus límites territoriales.
Protocolo de Puerto España.- Después que la Comisión Mixta establecida en el Acuerdo de Ginebra no logró llegar a una solución del conflicto en un plazo de cuatro años y tal como lo establece el propio Acuerdo, el 18 de junio de 1970 Venezuela y Guyana suscribieron el Protocolo de Puerto España por el cual se suspenden por un término de 12 años los artículos I y IV del Acuerdo de Ginebra, en los que Venezuela establece la contención sobre el Laudo Arbitral de 1899, que califica de nulo e írrito, y se acuerda aplicar el Artículo 33 de la Carta de la ONU, referente a los medios de soluciones pacíficas de las controversias.
En 1982 el gobierno venezolano decidió no renovar el Protocolo de Puerto España y un año después propuso la negociación directa; a su vez, Guyana propuso tres alternativas:
· Asamblea General de la ONU
· Consejo de Seguridad
· Corte Internacional de Justicia.
Estas propuestas fueron rechazadas por Venezuela. Ese mismo año, por iniciativa de Venezuela, el conflicto limítrofe se sometió a la atención del Secretario General de las Naciones Unidas, tal como lo establece el Acuerdo de Ginebra de 1966 y de conformidad con el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas.
DESPUÉS DE LOS ACUERDOS
Desde 1970 los mapas de Venezuela muestran toda el área ubicada al occidente del Río Esequibo, incluyendo las islas ubicadas en el Río, como territorio venezolano, llamándosele “Zona en Reclamación.
En la década de los ochenta Venezuela reavivó el litigio, sosteniendo que las tierras de Guayana Esequiba le fueron ilegalmente arrebatadas por el Reino Unido en el siglo XIX. En 1983 ambos países recurrieron a las Naciones Unidas y dos años después se reanudaron las conversaciones para resolver la disputa. La negociación giró en torno a la posibilidad de que Venezuela obtuviera una salida al Atlántico. En 1987 ambos países decidieron aceptar el método de los Buenos Oficios, que se inicia en 1989. En ese mismo año la ONU nombra a Alister Mcintyre para que facilite y brinde sus buenos oficios en la búsqueda de una solución al conflicto.
Levantamiento de Rupununi.- Del 2 al 4 de enero de 1969 se produjo la insurrección de Rupununi, región ubicada al sur de Guayana Esequiba, cuya población es básicamente amerindia; las razones que llevaron a la población de Rupununi a sublevarse contra el gobierno y establecer un gobierno provisional fueron, se dijo, el hecho de que sus derechos constitucionales no habían sido respetados por la continua intimidación y represión contra ellos; la política de corte racista del gobierno, ya que, se sostuvo, los amerindios eran ignorados por la política económica y social del Primer Ministro Burnham, y el que Venezuela estuviera realizando diversas acciones relacionadas con su reclamación sobre la Guayana Esequiba, como el decreto de las nueve millas de mar territorial y la reafirmación de soberanía sobre la isla de Anacoco, a fines de 1968, lo que animó y esperanzó a los habitantes de la región para comenzar a preparar el movimiento independentista.
La Presidenta del Comité Provisional del Gobierno de Rupununi, Sra. Valerie Hart, declaró que los objetivos de la rebelión eran crear una región independiente de Guyana bajo protección de Venezuela, por lo que había viajado a Caracas para pedir ayuda armada al gobierno venezolano.
El 5 de enero de 1969 el Primer Ministro de Guyana, Forbes Burnham, declaró que Venezuela había sido responsable en la sublevación de Rupununi, que todo se gestó el 23 de diciembre de 1968, cuando se reunieron en la casa de Harry Hart, esposo de Valerie Hart, todos los hacendados y planificaron la captura de los puestos gubernamentales y las emisoras de radio en la zona, con el apoyo de las autoridades venezolanas; al día siguiente 40 trabajadores fueron llevados por vía aérea de la hacienda de Hart a Santa Teresa (Venezuela) y entrenados con armas suministradas por Venezuela en campos de adiestramiento venezolanos; el día de año nuevo, el grupo había sido transportado hacia Santa Elena y de ahí a la hacienda de Hart, desde donde se dirigieron, al amanecer del día 2 de enero, al aeropuerto de Lethem iniciando los actos insurreccionales. Además, Burnham declaro: "La formula de implicación venezolana es fácil de discernir. Las autoridades venezolanas han buscado manipular a la comunidad amerindia guyanesa para promover sus espurias reclamaciones territoriales.". A su vez, Valerie Hart declaró que el Primer Ministro guyanés recurría a: " ... toda clase de maniobras a fin de desacreditar el movimiento, y con sus acusaciones pretende poner a Venezuela en una situación difícil a fin de evitar, así, cualquier posible ayuda venezolana a nuestra causa." (Hart V, 1969).
El gobierno guyanés envió una nota de protesta a su contraparte venezolana en la que señaló su "Disgusto por este reciente intento de Venezuela para avanzar reclamaciones territoriales espurias". (Anónimo, 1969), y notificó que llevaría la polémica al panorama internacional, mediante la solicitud a los miembros de la Commonwealth, de la formación de una fuerza para el mantenimiento de la paz. El 16 de enero de 1969, el representante guyanés en la ONU hizo entrega de la nota de protesta junto con un comunicado al Secretario General de la ONU, en el que solicitó que las acusaciones realizadas por su gobierno fueran dadas a conocer a todos los países miembros de la ONU y que no se ocupara del caso el Consejo de Seguridad.
El gobierno venezolano rechazó toda participación en la revuelta. Sin embargo, brindó asilo a los sublevados, incluida la señora Valerie Hart. Poco después, el Presidente Rafael Caldera expresó: "... puedo decir que la posición del nuevo gobierno es fundamentalmente la de continuar con la defensa y mantenimiento de los derechos de Venezuela. … Anunciamos que no queremos una situación de hostilidad militar con el pueblo guyanés... Ahora, esto no significa que Venezuela... no deba hacer uso de todos los recursos jurídicos, morales y políticos, para la recuperación de algo de que fue injustamente despojada." (Caldera, 1969).
ACONTECIMIENTOS RECIENTES
El Presidente Hugo Chávez ha tenido una posición ambivalente respecto al conflicto territorial. El 19 de marzo y el 1 de abril de 2000, expresó su enérgica oposición al otorgamiento de una concesión a la empresa estadounidense Beal Aerospace Technologies, para construir una plataforma de lanzamiento de satélites en el Esequibo. Sin embargo, en marzo de 2004 cambió de discurso al declarar que Venezuela no se opone a que Guyana otorgue unilateralmente concesiones y contratos a compañías multinacionales en el Esequibo. Esta posición puede llegar a poner término unilateral a la reclamación.
Posteriormente, el presidente Chávez, tomando tal vez como base una declaración formulada poco antes por el embajador de Guyana en Caracas, declaró que la reactivación por parte del gobierno de Rómulo Betancourt de la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo, en febrero de 1962, en plena guerra fría, fue producto de la presión de EUA, que buscaba desestabilizar al gobierno autónomo del primer ministro de la entonces Guayana Británica, Cheddi Jagan, quien era un marxista -leninista confeso, a fin de evitar el surgimiento de una "segunda Cuba”.
Habría que recordar que en los primeros años de la década de los sesenta, el gobierno venezolano se enfrentaba a un movimiento insurreccional inspirado y financiado por Cuba, dentro de la tesis guevarista de la "exportación de la revolución", y había sofocado dos sangrientos conatos de golpe de Estado, conocidos como el "Carupanazo" y el "Porteñazo", provocados por la infiltración de elementos "castristas" en las Fuerzas Armadas. Lo menos que deseaba Caracas era el eventual abrigo por parte de un gobierno vecino de izquierda de grupos guerrilleros venezolanos. En lo político, el Presidente Betancourt necesitaba el apoyo estadounidense para enfrentar la insurrección izquierdista y las conspiraciones de la derecha, auspiciadas hasta su muerte, en mayo de 1961, por el dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. En lo económico, requería el apoyo estadounidense por la grave crisis que se desató a raíz de la caída de los precios del petróleo.
Por otra parte, es posible que, ante la inminencia de la independencia de Guyana, la reivindicación venezolana haya sido absolutamente autónoma e independiente de otras consideraciones o influencias.
Finalmente, en ninguno de los documentos bilaterales emitidos recientemente como consecuencia de entrevistas, visitas o contactos de alto nivel entre autoridades venezolanas y guyanesas, se hace referencia expresa a la disputa territorial, si acaso al “… Proceso de buenos oficios de Naciones Unidas …”, sin mencionar expresamente a Guayana Esequiba. Es de destacar que en el Comunicado Conjunto emitido al término de la visita de estado a Guyana del Presidente Hugo Chávez, en febrero de 2004, se señala que, bajo el auspicio del Proceso de Buenos Oficios de las Naciones Unidas para la búsqueda de una solución pacífica y práctica a la controversia, de conformidad con el Acuerdo de Ginebra de 1966, el espíritu de la cordialidad ha impregnado el enfoque del diálogo entre las dos Partes; se reitera el compromiso de ambas partes con el Proceso de Buenos Oficios, y se elogia el trabajo del Señor Oliver Jackman, Representante Personal del Secretario General de las Naciones Unidas. Referencias semejantes se encuentran en el Comunicado Conjunto emitido en ocasión de la visita oficial del Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, Luis Alfonso Dávila García, a Georgetown, el 30 de noviembre de 2001, así como en la Declaración Conjunta de prensa emitida en ocasión de la visita oficial del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Roy Chaderton Matos a la República Cooperativa de Guyana, en abril de 2000.
Es de destacar la intensa relación y cooperación que se da actualmente entre ambos países, como consecuencia de los acuerdos bilaterales existentes y las frecuentes consultas binacionales, reuniones de comisiones mixtas y técnicas en asuntos políticos, salud, energía, cultura y medio ambiente, drogas, recursos marinos; transporte, comercio y cooperación económica; asuntos consulares, agricultura, cría y ganadería, agroindustria, tráfico de armas. Estos mecanismos de cooperación han sido establecidos por la Comisión Binacional de Alto Nivel o por el consejo binacional empresarial de hombres de negocios.
En el ámbito regional, la cooperación se ha enriquecido en los diversos mecanismos existentes, como son la Asociación de Estados del Caribe, el Tratado de Cooperación Amazónica, y la Comunidad del Caribe. Existe también un
El 15 de noviembre de 2007 se produjo un incidente fronterizo, cuando el gobierno guyanés de Bharrat Jagdeo reclamó a Venezuela por la incursión de 40 soldados venezolanos en aguas en disputa, para volar dos dragas en el Río Cuyuni. Venezuela argumentó inicialmente que la operación tenía como fin combatir la minería ilegal y que el hecho se había producido al oeste de la zona en reclamación. Sin embargo, después de realizarse una investigación, el vicecanciller venezolano viajó a Guyana y, según declaró el canciller guyanés, éste se disculpo por el hecho: "El vicecanciller venezolano expresó un sincero arrepentimiento y aseguró que este hecho no tenía motivaciones políticas por parte del gobierno venezolano".
El jefe del estado mayor guyanés, Gary Best, reconoció que las Fuerzas de Defensa de Guyana no cuentan con capacidad para evitar la entrada en el país de militares venezolanos, pero advirtió que "si los venezolanos abren fuego primero, las FDG responderán".
CONCLUSIÓN
El descubrimiento y la ocupación española de la región establecieron y perfeccionaron el título originario de España en toda la Guayana; por el Tratado de Münster, España confirmó el título de los holandeses en los lugares que ellos tenían y poseían en la fecha del Tratado, 1648, y que habían sido adquiridos por conquista durante la guerra; el más occidental de los lugares holandeses era la Isla de Kykoveral, y como a ella únicamente se accedía desde el mar por el río Esequibo, este y la Isla formaban el límite occidental de los territorios holandeses en aquel período.
En 1814, cuando Gran Bretaña obtiene los establecimientos holandeses de Demerera, Esequibo y Berbice, el límite occidental del territorio holandés en Guyana era el establecido por el Tratado de Munster de 1648; el título español sobre el territorio situado al oeste de aquel límite no había sido perdido por ningún acto de los holandeses en el período intermedio; en lo concerniente a la regla de posesión adversa convenida por Venezuela en el Tratado de Arbitraje, ninguna extensión de establecimiento o dominación holandesa más allá de los límites acordados en 1648 se había registrado; los límites existentes en 1814 era en consecuencia los mismos existentes en 1648.
Entre los derechos que asisten la reivindicación de la soberanía venezolana sobre el Territorio Esequibo podríamos citar los siguientes documentos o acciones:
· Las bulas de Alejandro VI de 1493 que concedieron a España "las islas y tierra firme del mar Océano, descubiertas y por descubrir".
· El hecho indubitable del reconocimiento y toma de posesión de las costas venezolanas, incluidas las del territorio del Esequibo, por parte de Alonso de Ojeda en 1499.
· Las expediciones ordenadas por la Corona española para la exploración y conquista de la Guayana.
· La intensa relación que se estableció entre los españoles y los pobladores históricos de las costas del territorio esequibo, los araucos, desde los tiempos mismos del recorrido de Diego de Ordaz a través del Orinoco, en 1530, y que permaneció a lo largo de la conquista y la colonización del territorio venezolano.
· El otorgamiento expreso a diversos conquistadores, por parte de la Corona española, de la jurisdicción gubernamental sobre la llamada Provincia de Araucas, convirtiéndola, en la práctica, en una zona de influencia de la existente Provincia de Margarita.
· La base jurídica de la reclamación venezolana es la defensa de la figura de Derecho Internacional del uti possidetis iuris (tal como poseías seguirás poseyendo), por lo que la extensión territorial de Venezuela debe ser la que tenía la Capitanía General.
· El reconocimiento de que el origen del conflicto fueron las reiteradas ocupaciones británicas de territorios ubicados al occidente del Esequibo.
· Solución pacífica de la controversia, mediante el cabal cumplimiento del Acuerdo de Ginebra.
· Cooperación amplia y plena con Guyana, evitando el recelo o la desconfianza.
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